San Juan de Nieva (Castrillón), Saúl FERNÁNDEZ

Todos los trabajadores que la empresa Ingeniería y Montajes del Norte (IMSA) destinó a la parada de la planta de tostación número 4 de Asturiana de Zinc (Azsa) presentan índices de mercurio en sangre y en orina superiores a lo permitido. Son 32 personas, siete de ellas fueron hospitalizadas (ya están dadas de alta) y, en al menos un caso, fueron sometidas a un tratamiento de quelantes (antídoto). El nivel de mercurio permisible es de 15 microgramos por litro de sangre. Los hospitalizados superaron los 500 microgramos. La mutua contratada por IMSA ha recomendado la baja laboral de buena parte de los afectados. Actualmente, varios de los que habían trabajado cortando e instalando tubos en un intercambiador trabajan en otro destino. Los afectados no descartan organizarse en una plataforma para reclamar responsabilidades a las empresas.

La empresa IMSA fue requerida por Asturiana de Zinc para cambiar 3.400 tubos de un intercambiador de la planta número 4 de tostación. Esta reparación fue semejante a la que llevó a cabo en el mes de mayo. La diferencia entre una y otra es que entonces no se detectaron síntomas de envenenamiento. ¿Por qué sí ahora? Por la larga exposición -turnos de 12 horas-, por el calor infringido por los sopletes, por ausencia de equipos de protección individual (EPI) adecuados y posibles negligencias de los propios trabajadores. ¿Quiénes son los responsables? Los sindicatos apuntan a las compañías Asturiana de Zinc e IMSA (responsabilidad «in vigilando»).

El accidente detectado el 2 de diciembre es el más grave en años en la fábrica. Sin embargo. el pasado mes de febrero se detectó un caso de intoxicación. Coincidió con el incendio en los electrofiltros de la planta número 3 de tostación. Estos electrofiltros sirven para detener los vertidos de dióxido de azufre a la atmósfera. Estos casos se suman a los que sucedieron a finales de los ochenta en la empresa. Aquel accidente provocó una gran invalidez de un empleado que vio cómo llegaba el mercurio a sus riñones. Desde entonces, fue sometido a diálisis.

Los síntomas iniciales de un envenenamiento por mercurio son respiratorios: disnea, tos seca, fiebre y escalofríos. Según A. Ferrer, de la Unidad de Toxicología Clínica, del Hospital Clínico de Zaragoza, «el cuadro puede evolucionar hacia una neumonitis intersticial con atelectasias y enfisema y a un Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda. Se acompaña de síntomas digestivos inespecíficos con nauseas, vómitos y diarrea, sabor metálico, sialorrea y disfagia. Puede haber alteraciones visuales. A continuación pueden aparecer síntomas neurológicos, como temblor distal y facial, junto a una insuficiencia renal y gingivoestomatitis como expresión de la conversión tisular a ión mercúrico».