Marta PÉREZ

La Asociación de Antiguos Alumnos de Aprendices de Ensidesa luchará por que el nuevo modelo de Formación Profesional dual -la vuelta de la figura del aprendiz- que quiere desarrollar el Ministerio de Educación «no se convierta en un nuevo fracaso». El colectivo está manteniendo reuniones para analizar el decreto aprobado por el Gobierno y a partir de ahí, ver cómo pueden colaborar de forma altruista en la consecución del plan, ahorrándole, de paso, un dinero a las administraciones. Ofrecen sus conocimientos y su experiencia a cambio de nada. Estarían dispuestos a dar clases e impartir tutorías como «voluntarios». La asociación está integrada por unos 500 aprendices, y la directiva sostiene que la gran mayoría está por la labor de echar una mano. Están jubilados y no quieren quedarse de brazos cruzados si su ayuda sirve para que la iniciativa no se quede en papel mojado.

Justo Manso, miembro de la directiva de la Escuela de Antiguos Alumnos de la Escuela de Aprendices de Ensidesa apunta que para que la FP dual se parezca a las escuelas de aprendices de hace treinta años, las empresas y la administración deben apoyar sin fisuras la iniciativa. «Para que no sea un cargo económico importante, deberían aprovechar todos los recursos existentes en la sociedad», sostiene. «Del sector industrial en general y de Arcelor en particular existe un número importante de profesionales, técnicos y licenciados que están prejubilados», expone Manso. «Muchos de ellos tienen una relación muy directa con la Escuela de Aprendices de Ensidesa, y sabemos que una gran mayoría de estos prejubilados no tendrían problema en colaborar en la formación y tutorías de los nuevos aprendices», añade. «Se trataría de promover un voluntariado similar a los que existen en otras ramas para que esta labor pueda ser un éxito», añade. «Desde la asociación vamos a promover estas iniciativas para conseguir recuperar la formación profesional en Asturias a los niveles que nunca debió dejar de tener», puntualiza este prejubilado de Ensidesa.

«Algún día saldremos de la crisis, lo que no puede ser es que cuando eso suceda, las industrias no puedan despegar porque les falte mano de obra cualificada», explica Carlos Solana, presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela de Aprendices de Ensidesa. El colectivo entiende que Asturias parte en una posición privilegiada para desarrollar la FP dual. «Debemos recuperar los métodos y sistemas de las antiguas escuelas de formación de Asturias que fueron punteras tanto en España como en Europa: Trubia, Ensidesa, Revillagigedo, Cristalería, La Laboral...», dicen. «Si se hace bien puede ser una oportunidad para recuperar la vieja FP adaptada a los tiempos actuales. No es necesario copiar la formación dual de otros países como Alemania. Aquí tuvimos desde los años 50 a los 80 una de las mejores escuelas de formación profesional de Europa y sus métodos y filosofía pueden ser aplicados totalmente a la situación actual», analiza Justo Manso, miembro de la asociación.

Es más, creen que Asturias dispone de la infraestructura necesaria para desarrollar los planes formativos. «El centro de La Toba -última sede de la Escuela de Aprendices de Ensidesa- continúa dotada con todos los elementos necesarios para impartir todas las especialidades básicas en las industrias del metal», asegura Manso.

Los antiguos aprendices aseguran que el metal «es y seguirá siendo» el sector de mayor peso en la economía asturiana, y que por eso «es necesario que exista un plan de FP que en un periodo máximo de tres años se dote de una red de profesionales cualificados en todas las especialidades relacionadas con la industria asturiana».