S. FERNÁNDEZ

«El León de Oro» donde va, triunfa. Los coros que dirige Marco García de Paz ofrecieron bajo la cúpula del Centro Niemeyer un recital de maestría: dos horas completas de piezas religiosas relacionadas con la Navidad. Los «Peques» se encargaron de abrir el espectáculo. Y lo hicieron por Elberdin («Beata es, virgo María»). Desde ese momento y hasta el final de la tarde, un repaso a Mendelshon, a Brahms o a Benjamin Britten.

Los coros gozoniegos habían colgado el cartel de no hay billetes un día antes de la actuación. Los aficionados degustaron las piezas cantadas por los titulares de «El León de Oro» y por su cantera. Los grupos que nacieron en Luanco hace tiempo que se convirtieron en paradigma del éxito. Los músicos recorren la escena asturiana, la nacional y la internacional y en todos sitios alcanzan objetivos de primera envergadura.

La cúpula del Niemeyer, por una tarde, se convirtió en escenario especial para la música vocal. Las dos horas se hicieron cortas y los aficionados concedieron a los cantantes aplausos y admiraciones. La cúpula, por el momento, había sido utilizada como sala de exposiciones y de conferencias.