C. G. M.

El mal tiempo y la celebración este año del Carnaval a principios de febrero, lo que impide a las familias recuperarse de los gastos que acarreó la reciente Navidad, está ralentizando la venta de disfraces confeccionados y todo el material necesario para preparar el equipamiento del Antroxu. Estas dos circunstancias hacen que la presencia de clientes en las tiendas especializadas no sea tan masiva como otras veces. Aún así, un goteo de animados ciudadanos dispuestos a disfrutar de la alegría que imprime el Carnaval visita estos días los establecimientos en los que es posible encontrar todo tipo de elementos para preparar o ultimar los trajes que se lucirán la próxima semana.

Entre la variedad de disfraces que portarán los ciudadanos no faltarán un año más los de princesas que tanto atraen a las niñas, según apunta María Eugenia García del Río, de Majafrán, un establecimiento con dilatada experiencia en la venta de juguetes y de disfraces. Y para los niños, dice, «siempre nos piden aquellos que incluyan cualquier tipo de arma para guerrear: pistola, espada, rifle...»

Igualmente, los trajes que permiten simular los personajes infantiles más populares de las series de televisión o películas de cine son todos los años altamente demandados. Y para los más pequeños, a partir de los seis meses, los padres optan por disfraces que abriguen. Por ello, los de una pieza e inspirados en animales son muy socorridos para esta fiesta que se desarrolla en la calle y en horario de tarde, momento en el que el termómetro inicia su descenso.

Frente al cliente que prefiere adquirir los trajes hechos para evitar quebraderos de cabeza, existe un público hábil con el hilo y la aguja que lo confecciona en casa o en un taller. Son personas que quieren gastar muy poco dinero o que la originalidad de su proyecto no está a la venta, por lo que para hacerlo realidad deben acudir a comprar los diferentes elementos que darán forma a la idea. En este sentido, Arturo Menéndez, de Surtitela, tienda tradicional avilesina especializada en tejidos, conoce bien las necesidades de sus clientes y para atenderlas equipa el negocio con tejidos económicos y adecuados a la mayor variedad de gustos posibles. «Las telas que abriguen, los rasos brocados y el terciopelo son los tres tipos de tejidos más solicitados», apunta. El destino de tales adquisiciones es de lo más variopinto: animales, piratas, payasos, policías y, este año, todo tipo de figuras relacionados con el mar, el tema del Antroxu 2013. Así, según cuenta por los comentarios que ha escuchado en la tienda, las calles de la ciudad se inundarán de todo tipo de especies marinas.

Ajustar los precios para captar clientela y asegurar las ventas es la tónica general de los establecimientos especializados en Carnaval; no en vano, coinciden en reconocer María Eugenia García del Río y Arturo Menéndez, supone para sus respectivos negocios una inyección de ventas importante. «Nos vemos obligados a adaptarnos a los tiempos, tanto por los clientes como por nosotros», apunta el segundo. García del Río, por su parte, para adaptarse a los tiempos vende disfraces que de media cuestan 15 euros.