Luanco, Illán GARCÍA

Las fiestas del Socorro han conseguido enganchar de nuevo a los luanquinos con un programa que, en cierta manera, volvía a los orígenes de esta centenaria festividad. El concurso de canción marinera y habanera en los chigres, el retorno de las verbenas al muelle viejo y la recuperación de la danza prima en el entorno de la iglesia son algunas de las actividades que han devuelto a estas fiestas su carácter popular. Y todo ello antes del día grande, que se celebra hoy.

La jornada de ayer comenzó con el tradicional concurso de pintura infantil en la carpa instalada en el puerto viejo. Entre trazos y trazos fue pasando la mañana en el muelle, donde también hubo una actuación de animación infantil. La tarde se centró en el desfile de cabezudos y la noche, en el baile de la danza prima en el entorno de la iglesia y la segunda verbena de las fiestas, a cargo de la orquesta «Versión Original». Todo ello para celebrar la víspera del día grande de las fiestas. Después de los cantares de chigre de viernes, sábado y domingo, de pregones, de charangas y pasacalles, las fiestas del Socorro tienen también su parte religiosa.

Los vecinos recuerdan hoy los sucesos de aquel 5 de febrero de 1776 en el que el Cristo del Socorro salvó de morir ahogados a decenas de marineros que navegaban cerca de Luanco. La galerna que ese día azotó las costas del Cantábrico no pudo con el «milagro» que rememoran cada año los luanquinos.

Para recordar aquella «hazaña milagrosa» del Cristo del Socorro, los vecinos salen en procesión por las calles de la villa. A las diez y media comienza el pasacalles por Luanco, a cargo de la Banda de Música de San Martín del Rey Aurelio, que con el paso del tiempo se ha convertido en una agrupación casi imprescindible en el Socorro. Una hora más tarde comienza la procesión cívica, que partirá del instituto gozoniego, en la plaza de la Villa, y que, posteriormente, se unirá al paso religioso. Juntas llegarán a la iglesia de Santa María, donde se oficiará la misa. Tras los oficios religiosos, le tocará el turno a las charangas «Pepe El Chelo», de Candás, y «El Felechu», de Trasona, que amenizarán las calles durante el resto de la jornada.

Si hoy se festeja el Socorro, mañana se celebra el Socorrín, un día dedicado a los pescadores jubilados. El primer acto se centra en una misa solemne por las personas fallecidas vinculadas a la pesca y oficiada en la iglesia de Luanco por el párroco local, Cipriano Díaz. Una vez concluya, muchos vecinos se trasladarán a un restaurante de Santolaya de Nembro para degustar la calderada, plato típico durante las fiestas del Socorro. Se cerrarán así unas fiestas que han vuelto a ser marineras.