Francisco L. JIMÉNEZ

El episodio de intoxicación masiva de trabajadores por mercurio registrado el pasado 2 de diciembre en Azsa saltó definitivamente ayer las verjas de la planta de cinc para convertirse en una preocupación generalizada en las localidades del entorno (San Juan de Nieva, La Maruca, El Reblinco, Jardín de Cantos...) y en industrias próximas a la fábrica donde se produjo el incidente. En este sentido, el comité de empresa de Saint-Gobain, alarmado por el conocimiento de que una presunta trabajadora de la factoría de vidrio presenta un índice de mercurio en su organismo superior al nivel que aconseja la ley (15 microgramos por litro de sangre), solicitó formalmente a la dirección de la compañía la realización de pruebas analíticas a los trabajadores, muy especialmente a los que tienen en puesto de trabajo cerca de las instalaciones de Azsa (área de producción de vidrio glass y horno float).

Así mismo, en medios sindicales consultados por este diario comentaron que el comité de Chemastur, la fábrica de fertilizantes ubicada en terreno portuario y que consume como materia prima ácido sulfúrico procedente de Azsa, sopesa requerir a la empresa que encargue un análisis químicos del ácido para descartar que contenga trazas de mercurio que puedan volatilizarse en el proceso productivo y, o bien llegar a la atmósfera o acabar formando parte del producto acabado.

En medios vecinales, no es menor la preocupación por el riesgo de exposición al mercurio. A la ya conocida indignación de los vecinos de San Juan de Nieva por la negativa de la Consejería de Sanidad a realizar analíticas de metales pesados a la población que lo demande, se sumó ayer el malestar de Antonio Cabrera, presidente de la federación comarcal de vecinos «La Unión» y máximo responsable de la asociación vecinal de Jardín de Cantos, el barrio donde, según apuntan varias fuentes, reside la mujer ajena a Azsa que dio positivo en mercurio.

Cabrera acusa a los responsables regionales de Salud de ser los principales generadores de alarma social con su decisión de vetar la realización de analíticas de metales pesados: «Decir que son pruebas que no están en la cartera de servicios sanitarios es una pobre excusa; ¿acaso no se han dado cuenta todavía de que estamos ante una situación excepcional y que la gente está preocupada por su salud?» Según Cabrera, «el "bicho" ya saltó la valla de Azsa y la única forma de dar tranquilidad a la población es consentir la realización de pruebas analíticas, así fuera con carácter selectivo; las palabras, en este caso, no son suficientes para calmar los ánimos».

La Alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina, en cuyo término territorial está ubicada Azsa, también pide explicaciones más allá de las «buenas palabras» que recibió anteayer por teléfono del consejero de Sanidad, Faustino Blanco. Es por eso que el próximo lunes tiene previsto reunirse con el director general de Salud Pública, Julio Bruno Bárcena, al objeto de recibir documentación que supuestamente prueba que no hay motivos para la alarma y que la intoxicación masiva por mercurio dentro de Azsa es un asunto que está «controlado», como le dijeron el pasado lunes por teléfono.

Mientras, sigue el goteo de intoxicados. Según reveló ayer la sección sindical de CC OO en Azsa, un nuevo trabajador de la empresa dio positivo en mercurio por encima del índice que la ley fija como máximo tolerable. Con este ya son 12 los empleados de Azsa intoxicados (ninguno de baja médica), a los que se suman los 49 trabajadores de la subcontrata IMSA (los primeros a los que se les diagnosticó el problema) y la vecina cuya existencia desveló el diputado de IU Gaspar Llamazares. En total, 62 personas.

Con esta noticia como preámbulo, el comité de empresa de Azsa, donde la central independiente Sitaz tiene mayoría absoluta, celebró ayer una reunión que terminó como las anteriores: con los sindicatos minoritarios indignados por la opacidad informativa y mosqueados por la falta de avances en la investigación abierta para esclarecer la intoxicación masiva por mercurio y con los responsables de Sitaz asegurando que las cosas «van por buen camino».

CC OO hizo público un comunicado donde tilda de «impresentable» la gestión que están haciendo Azsa y las autoridades regionales del accidente del mercurio, además de denunciar la «complicidad del sindicato amarillo Sitaz en la estrategia de ocultación». CC OO también insta al Principado a poner todos los medios a su alcance para evaluar el efecto que puede haber tenido el mercurio fuera de los límites de la fábrica de San Juan. El responsable de Sitaz Roberto Suárez negó la mayor y recalcó que Sitaz «no juega con el pan ni con la salud de los trabajadores», además de indicar que «se está dando toda la información disponible».