Saúl FERNÁNDEZ

A José Luis Blanco Fernández le han diagnosticado escotomas en los dos ojos. «Sigo viendo mal», dice, «y, pese a ello, el tribunal médico me acaba de denegar la revocación que presenté al alta médica», se lamenta. Blanco Fernández es uno de los 52 ex trabajadores de la empresa Ingeniería Montajes del Norte (IMSA) afectados por la intoxicación por mercurio detectada hace casi tres meses en las instalaciones de Asturiana de Zinc (Azsa), en San Juan de Nieva. «Lo que quiero es que el Principado haga el seguimiento que me había prometido», apunta. La dirección general de Salud Pública anunció durante una charla ofrecida en Oviedo por el médico Santiago Español, llamado por Azsa, que los afectados por el mercurio tendrían un seguimiento continúo durante dos años.

Un escotoma, explica Blanco Fernández, «es un defecto en los nervios centrales de los ojos». El soldador gijonés había superado los 40 microgramos de mercurio en sangre de mercurio en los primeros análisis de sangre. «Ahora, es cierto, estoy por debajo de los límites, pero veo mal y un informe oftalmológico lo certifica», apunta Blanco.

«Nadie me ha examinado. Los del tribunal médico, sí, pero estoy diciendo que veo mal y no hacen caso», subraya el trabajador. «Ahora estoy en el desempleo porque no tengo lo suficiente para acceder al subsidio», se lamenta.

Los trabajadores de la empresa IMSA esperan a que se desarrolle la vía judicial. Hasta el momento, únicamente Laureano Fernández ha sido interrogado por el juez de Avilés que se hará cargo del caso en cuanto Inspección de Trabajo presente sus conclusiones.