Actor, protagoniza «No se elige ser un héroe», esta noche en Avilés

Saúl FERNÁNDEZ

Juanjo Artero (Madrid, 1965) es el protagonista de «No se elige ser un héroe», la penúltima comedia de David Desola cuyo estreno en España acoge esta noche el teatro Palacio Valdés. Tras la rueda de prensa atiende a LA NUEVA ESPAÑA, en la misma puerta del coliseo avilesino.

-«No se elige ser un héroe» va sobre el precio de los principios.

-¿Dónde están nuestros principios? ¿Cuánto dinero cuesta cambiarlos? Con esta excusa se hablan de muchas más cosas. Lo bueno de esta obra no es solamente lo que David Desola cuenta por encima, lo importante es todo lo que asoma.

-Aunque no ha dejado de trabajar en la televisión, no sé si se le ve más contento últimamente en los escenarios.

-Me encanta hacer televisión, cine. Me encantó estar en «El Barco» y, mira, «No habrá paz para los malvados» ha sido un sueño. El teatro lo que¡ le da a un actor es la continuidad, el apego del público. Disfruto haciendo un gran plano en el cine. Lo que está sucendiendo, el aquí y el ahora sólo lo tiene el teatro...

[En este momento una admiradora de Juanjo Artero le saluda]:

-Me alegro de verte.

-¿Y esto?

-Esto es la televisión. Como estás en su casa, te coge cariño. Si, encima, te conocen desde niño, pues ya me contarás. Tengo abuelas por todos los sitios.

-¿Pensó en algún momento que ser actor era ocupar un lado de la barricada?

-No, si no me hubiera dedicado a la política. Yo me quiero manifestar como ciudadano. No podemos olvidar que somos también personas públicas. Hay gente que está más preparada para esto. Un actor fue presidente de los Estados Unidos.

-Pero tampoco creo que sea justificados los ataques a la profesión.

-No se debe generalizar. «Titiritero» es una palabra que me gusta. Por mucho que piensen que nos dedicamos al entrenimiento no van a convencer a nadie. En esta profesión contamos muchas cosas, si no, nos tendrían tanto miedo.

-Aquí en Avilés ha hecho «Mirtando hacia atrás con ira», «Seis clases de baile en seis semanas» y, ahora, «No se elige ser un héroe». Papeles muy distintos, ¿no?

-Es el proyecto, el personaje, el momento... Un personaje como este de «No se elige ser un héroe» no lo había hecho nunca, como tampoco había hecho el Michael de «Seis clases de baile», el profesor gay, tan tierno, con esa pluma tan maravillosa... Son retos, no quiero instalarme en lo mismo.