«Ya pagamos bastantes impuestos, como la viñeta, y ahora nos quieren cobran también por aparcar», protesta el luanquín Paulino Fernández, que conversa con su amigo Pepe Suárez, «El mineru», en plena calle Hermanos González Blanco, una de las afectadas por la «zona azul» que se aplicará en Luanco y en las playas de Xagó, Bañugues y Moniello durante el próximo verano. La mayoría de los vecinos consultados por este periódico durante la mañana de ayer critican la propuesta del PP y de Foro. «Siempre saquen les perres a los mismos», añade Fernández. El joven Pelayo Álvarez se unió a la tertulia improvisada y también se opuso al cobro por aparcar en la villa marinera. «Si quieren cobrar por aparcar, que lo paguen los de fuera; para los del pueblo que sea gratis», apostilla «El mineru», que como su amigo Paulino Fernández no se creen que el dinero que se obtenga de los aparcamientos sirva para costear el mantenimiento de las playas. «Al final, ese dinero será para pagar el pufo y farturas, como siempre», afirmaron ambos luanquinos.

Arcadio Díaz es de San Jorge de Heres y también crítica la propuesta municipal. «A mi eso de la zona azul me mata cuando venga a comprar aquí con la mujer», destaca este gozoniego, que por otro lado entiende que «habrá que ocuparse del mantenimiento de las playas». Eso sí, Díaz es consciente de las dificultades que existen en Luanco para aparcar. «Esto en verano es una casa de locos, y ahora además nos quieren cobrar por aparcar; otro impuesto más», concluye este vecino de San Jorge. A pocos metros de allí, Flor García, de Bañugues y residente en Luanco, entiende que la «zona azul» no será tan negativa como la pintan. «Si cuando vas a Avilés pagas por aparcar, no veo por qué para aquí no vale», afirmó García, que conducía con su coche desde la calle La Cuesta hasta la avenida del Gayo, ambas afectadas por la «zona azul». Tras esas declaraciones, Arcadio Díaz le espetó: «Siempre acabamos pagando los mismos, ya pagamos impuestos bastantes».

El debate está servido en la calle y en el salón de Plenos. La mayoría de las voces vecinales son críticas con la propuesta de «zona azul». Y es que en tiempos de crisis, a todos les cuesta rascarse el bolsillo.