Carolina G. MENÉNDEZ

Barbie y Rambo, dos populares personajes antagónicos y que representan la desigualdad de sexos, actuaron ayer como hilo conductor de la charla que sobre coeducación ofreció Marian Moreno Llaneza, miembro del Centro de Profesores y Recursos de Avilés-Occidente, a un grupo de padres del colegio Enrique Alonso. «Tenemos que unir escuela y familia en un mismo mensaje ya que para formar una ciudadanía crítica hay que enseñar no sólo a transmitir mensajes no sexistas, sino a analizar todo tipo de mensajes críticamente», apunta la filóloga.

Bajo el título «¿Quieres tener una hija Barbie o un hijo Rambo?» y con ejemplos de la vida cotidiana, Moreno Llaneza explicó cómo «la cultura y la sociedad son sexistas». Achacó esta actitud al «modelo de educación y a los estereotipos que transmitimos inconscientemente». Pero también analizó la publicidad de los juguetes -«que entrena a la división posterior del trabajo y al papel en la vida»-, los dibujos animados y el modo en que «educamos a las niñas en el terreno emocional y afectivo mientras que estos campos parecen ser ajenos a los niños».

Los beneficios de charlas como la que ayer ofreció -dirigida a padres de Infantil y Primaria-, «también persiguen prevenir la violencia de género, cuya base es la desigualdad», destacó. Su nivel de satisfacción con estos encuentros, dijo, es muy alto: «el 100% de las familias quiere la felicidad para sus hijos, y ahí está la igualdad». Incluso apuntó que «las personas reticentes a la igualdad la desean para sus hijos ya que ven como eliminaría las diferencias de sueldos o las oportunidades de trabajo».

Sobre la implicación de hombres y mujeres en estas acciones es consciente de que «somos las mujeres, en un tanto por ciento mucho más alto, las que luchamos por la igualdad» debido, añadió, a que «el sistema ha privilegiado al hombre aunque ellos tendrán que hacer su propia reflexión». En este sentido, indica que ante la igualdad hay varones que han tomado una actitud de defensiva «incluso adoptando posturas extremas. Y no se trata de arremeter contra nadie, sino de reflexionar ya que luchar por un mundo mejor no es un ataque».

Para esta feminista de pro - «gracias a este movimiento estamos aquí y seguimos en la lucha porque sabemos que vamos por el buen camino»-, la educación para la igualdad va directa a los esquemas de vida «y las personas que tienen miedo al cambio les asusta esta formación; no así quienes los afrontan con alegría».

Una educación basada en la equidad permitirá a los jóvenes, revela Marian Moreno, «elegir en libertad. Y es que quien no recibe mensajes de igualdad se ve abocado a vivir en desigualdad, caso de las mujeres maltratadas, de ahí la importancia de aplicar los recursos de igualdad; sin ellos, no acabaremos con la violencia de género», subrayó. Y ello no requiere, enfatizó, inversiones económicas: «los recortes que se producen son por ideales. La igualdad es barata; hay materiales y recursos gratuitos».

Un punto de referencia en coeducación, paridad e igualdad entre ambos sexos se encuentra en el norte de Europa. «Nos deberíamos fijar en los países nórdicos que tienen asumida e integrada la igualdad en el sistema educativo. A nosotros, en cambio, nos queda globalizarla, sistematizarla, hacerla partícipe de la educación y normalizarla».

El camino para alcanzar los objetivos deseados es largo, reconoce la filóloga, «no obstante, estamos en ello», comenta al señalar al Ayuntamiento de Avilés «como una institución puntera en sensibilización y actuación para la igualdad».