El colectivo de trabajadores de la subcontrata Imsa contaminado con mercurio en las instalaciones de Azsa durante el pasado mes de noviembre anunció ayer que dispone de un informe de los catedráticos de Química de la Universidad de Oviedo Agustín Costa y José Ignacio García Alonso cuyas conclusiones avalan la tesis de que el agente tóxico que les hizo enfermar estaba presente en el aire que respiraron mientras trabajaban en una parada de mantenimiento de la planta de tostación.

Los análisis realizados por Costa y García Alonso, según explicó una de las personas que se prestó al experimento, consistió en la entrega de una muestra de cabello que, posteriorente, fue analizada en busca de restos de mercurio. Los trabajadores de Imsa solicitan que esta prueba sea tenida en cuenta en la investigación que se viene realizando desde el pasado mes de diciembre para esclarecer el que ha sido considerado el más grave accidente laboral en España con mercurio de por medio.

Los afectados creen que con el informe de Agustín Costa queda desmontada una hipótesis a la que no le faltan defensores: la ingesta accidental del mercurio o el consumo indirecto del mismo a través de alimentos como el pescado como causa, o agravante, de la intoxicación masiva. «Está a punto de ver la luz el primer informe del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales y, adelantándonos al mismo, queremos avisar de que no vamos a comulgar con ruedas de molino: nuestra intoxicación, como prueba el informe de la facultad de Química de Oviedo, guarda relación con la exposición a una atmósfera cargada de mercurio, no con la supuesta ingestión del mismo como algunas personas han pretendido hacer ver», declaró uno de los trabajadores de Imsa intoxicado.

Al habla con este periódico, el catedrático Agustín Costa explicó ayer el curso de su investigación sobre los cabellos de los trabajadorse de Imsa y aclaró, antes de nada, que los resultados obtenidos son preliminares y que para una mayor certeza científica lo que convendría ahora es ampliar la muestra observada.

Así relató el catedrático su trabajo: «El principal componente proteico del pelo es la queratina, en cuya unión química tiene un papel decisivo el azufre. Este elemento (el azufre) tiene una especial facilidad para asociarse con el mercurio y formar compuestos. Lo que hicimos con los cabellos de la muestra fue rastrear el azufre, cuya presencia en el pelo es uniforme, y al hacerlo detectamos un alto contenido de mercurio asociado al mismo. Además, las muestras estaban tan saturadas de mercurio -si pensásemos en los cabellos de la muestra como si de una esponja se tratasen podríamos decir que eras incapaces de absorber más agua- que no cabe interpretar más que los sujetos de la muestra estuvieron expuestos y respiraron en una atmósfera viciada de vapor de mercurio. Es imposible que la ingesta del metal pesado depare unas muestras capitales como las que fueron objeto de investigación».

Otro hecho relevante que se descubrió en el curso de la investigación de los cabellos de los trabajadores de Imsa fue la dispar distribución del mercurio en cada pelo según la longitud del mismo. En palabras del catedrático Costa, «el pelo crece a razón de un centímetro por mes y lo que observamos fue que cerca de la raíz no había mercurio; esta sustancia se hallaba en las partes de cada cabello más cercanas a las puntas». ¿Qué quiere decir esto? Pues que el mercurio llegó a esos pelos hace unos meses, casualmente en los días de noviembre en los que los sujetos del experimento habían estado trabajando en las instalaciones de Azsa. Al concluir el trabajo dejó de acumularse mercurio, como al parecer indican las raíces capilares analizadas.

Y mientras los trabajadores de Imsa siguen buscando pruebas por su cuenta para la mejor defensa de sus derechos, el comité de empresa de Azsa sigue a la espera de la presentación del informe que ha elaborado el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales sobre la investigación abierta por la contaminación de mercurio en la fábrica de San Juan de Nieva. Roberto Suárez, del Sindicato Independiente de Asturiana de Zinc (Sitaz), aseguró ayer que el citado informe verá la luz «antes de Semana Santa» según la previsión que trasladaron al Sitaz las autoridade laborales. No es el único informe pendiente; también se esperan con expectación los resultados de la estación de medición de mercurio instalada en Las Arobias al objeto de comprobar si existe una presencia anómala de este metal pesado en el entorno de la fábrica de Azsa.

El forense asignado a la investigación judicial abierta para depurar responsabilidades por la intoxicación masiva con mercurio registrada en la fábrica de Asturiana de Zinc (Azsa) citó ayer a dos de las personas afectadas, que acudieron al Juzgado acompañados por otros compañeros -en la foto, Francisco Gallardo, Carlos Martínez, Laureano Fernández y Víctor Calota- y cargados con pruebas médicas e informes de las analíticas realizadas en los últimos meses. La instrucción del caso avanza condicionada por la falta de resultados en la investigación.