El turrón siderúrgico, elaborado por el pastelero Miguel Sierra, ha llegado a lo más alto. El Grupo Vetusta decidió llevar este dulce como barrita energética en su expedición a África para ascender el Kilimanjaro. Y les ha salido todo bien. La gira, en la que participaron trece personas, comenzó a principios de febrero. Primero realizaron una aclimatación subiendo al monte Neru (4.500 metros) y, a continuación, se trasladaron a Mossi (Tanzania), donde instalaron la base de operaciones. La siguiente cumbre ya fue el Kilimanjaro. «Es un producto que por formato es fácil de llevar y, a la vez, es natural. Aporta energía y es fantástico para recuperar fuerzas», afirmó entonces Sierra. El objetivo del pastelero avilesino con estas iniciativas es desterrar la imagen de que el turrón es un producto típico navideño y apuesta por su degustación como sustituto de las «barritas energéticas sintéticas que dan energía pero no sabor», comentó.