La capacidad de asombro del ser humano es ilimitada y en cualquier momento nos asalta, pues los acontecimientos que ocurren a diario en el mundo superan a la ficción.

El 11 de Noviembre pasado escribí un artículo en este periódico donde expresaba mi temor al rumbo que estaba tomando la Autoridad Portuaria de Avilés. Su Presidente, D. Santiago Rodríguez Vega, decía en una entrevista que la tercera fase de la margen derecha era recuperable, comentaba que apoyaba la ZALIA y proponía para su aprobación un gasto de 250.000 euros en una acera para la Alcaldesa. Y debido a todo ello, comentaba yo en mi artículo que su ignorancia marítimo/portuaria le podía incluso llevar a cambiar de arriba abajo la estructura de personal de la Autoridad Portuaria. Oigan, dicho y hecho. Unas semanas más tarde lo cambió todo. Así, por ejemplo, a la Directora Financiera le dio explotación, al Comisario del Puerto lo pasó a Planificación de obras y al Jefe de seguridad le dio Comisaría del Puerto. Para que ustedes lo entiendan es como si a un abogado le ponemos a realizar una operación de rodilla en el Hospital San Agustín.

Pero la vida continúa y los padecimientos portuarios también. Así, el 31 de Marzo, LA NUEVA ESPAÑA se hacía eco de un Plan de Choque contra la contaminación en el Puerto de Avilés. Cuando lo leí me saltaron las alarmas. Pues si este Plan anunciado se aplicaba de manera irracional, y no era difícil conociendo al Presidente, cabía la posibilidad de que algunos clientes del Puerto de Avilés se vieran obligados a irse.

El 29 de Abril, también este periódico alertaba del posible malestar de algunos clientes, entre ellos Endesa y Tudela-Veguín, por el alcance que ese Plan Ambiental podía tener en el coste de las operaciones portuarias. Y es que la insensatez, unida al nulo conocimiento, puede tener consecuencias muy graves. En mi vida profesional, siempre les digo a las personas que trabajaban conmigo que lo que se tarda cinco años en conseguir se puede perder en un segundo debido a una mala decisión. Y que un cliente que se va, es diez veces más difícil de recuperar que cuando se consiguió. Pero claro, D. Santiago eso lo desconoce, porque nunca tuvo la necesidad de esforzarse por sus clientes.

Miren ustedes, el Puerto de Avilés mueve en la actualidad unos 5 millones de toneladas. El 90% de ese tonelaje es realizado por ocho clientes. Dos de ellos son Endesa y Tudela-Veguín. Si se perdieran, estaríamos hablando de un 12 por ciento a un 16 por ciento del tráfico de Avilés, es decir, entre 600.000 y 800.000 toneladas. Si a esto le añadimos que la decisión de Arcelor de no invertir en las baterías de coque de Gijón supone que el coque producido por las de Avilés deberá ir a Veriña para el suministro de los dos hornos altos, y que como consecuencia dejará de exportarse por Avilés, podríamos estar hablando de un 20 por ciento o 1.000.000 de toneladas menos.

Ya a día de hoy, y sin haberse todavía producido lo anteriormente expuesto, el dato del moviendo portuario es muy negativo. Si comparamos los cuatro primeros meses de este año con los del año pasado hay un descenso del 15 por ciento o, lo que es lo mismo, se han movido 250.000 toneladas menos.

Me dirán ustedes que, siendo cierto, también es necesario pensar en el medio ambiente, y tienen toda la razón. Por eso, mientras yo fui Presidente, se llegó a un acuerdo con Asturiana de Zinc, por el cual el nuevo almacén de 20.000 metros cuadrados que deberían de construir en el Muelle de Raíces, se desplazaría a la Dársena de San Juan. De esta manera el concentrado de Zinc quedaría bajo cubierta y no emitiría polvo, y el clinker y el carbón de la Dársena se podrían llevar a Raíces, lejos de los vecinos de San Juan de Nieva.

Pero también hay que tener en cuenta que la Comarca de Avilés es lo que es por su Puerto. Históricamente no se puede concebir Avilés sin su tradicional salida al mar. Y este puerto hay que preservarlo como una de las joyas más preciadas de la Comarca. Siempre he manifestado que el Puerto de Avilés solo se puede mantener si es competitivo en precios, si es flexible en sus planteamientos y si tiene un magnífico trato con sus clientes. Si no se es capaz de atender estas prioridades , un puerto como el de Gijón ( a 25 kilómetros y totalmente infrautilizado después de la innecesaria y costosísima ampliación), se lo puede comer de manera fácil.

Por lo tanto, habrá que estar muy atentos a partir de ahora. La Comunidad Portuaria, la Cámara de Comercio y la Comarca de Avilés no deben de permitir que, por la incapacidad de una persona, se puedan ir por la borda tantas ilusiones, tanto esfuerzo y tanto trabajo.