Los alumnos tendrán que dejar en el centro los ordenadores portátiles del programa Escuela 2.0, cuya distribución inició el entonces concejal de Educación, José Luis Iglesias Riopedre, en el Enrique Alonso de Avilés. La idea con la que trabajaban los responsables de los centros docentes es que, a los cuatro años desde su cesión, las herramientas informáticas quedarían de propiedad para los alumnos. Sin embargo la nueva orden de la Consejería es la siguiente: «A la finalización del curso escolar 2012/ 2013 quedarán extinguidos, sin posibilidad de prórroga, los compromisos de cesión de uso educativo, custodia y mantenimiento de los equipos que se hubiesen formalizado al amparo de la resolución de 28 de mayo de 2010 con el alumnado que hubiese superado el segundo curso de ESO», según se publicó en el Boletín Oficial del Principado.

Los directores ven con buenos ojos esta nueva consigna, y que los ordenadores dejen de estar asociados a un alumno en concreto para pasar a utilizarse en función de las necesidades del centro. Aproximadamente la mitad de los equipos estarán en los colegios, y la otra mitad en los institutos. El régimen anterior, en que las familias podían hacerse responsables de los ordenadores y, en algunos casos, sacar los equipos durante los fines de semana o durante las vacaciones, planteaba problemas, según los directores avilesinos consultados por este periódico. Y así, muchos de ellos se estropearon en ese periodo.

La decisión del Principado tiene otra lectura: que no se invertirá, de momento, más dinero en la compra de estos portátiles con la firma de un nuevo convenio, sino que se aprovecharán los que ya hay. El programa Escuela 2.0 se inició en Asturias con la firma de un convenio de colaboración entre el Principado de Asturias y el Ministerio de Educación, en octubre de 2009.

La inversión fue cuantiosa: 3,8 millones que aportaron a partes iguales Ministerio y Principado. En el momento de su puesta en marcha, Riopedre destacó que era prioritaria la apuesta por la alfabetización digital: «Es un tema de prioridades, y la educación es clave en el futuro desarrollo; el programa está asegurado para cuatro años, y es impensable que no vaya a seguir en el futuro porque es fundamental este cambio estratégico de los contenidos de la educación».

El proyecto Escuela 2.0 supuso la entrega de 7.000 portátiles para 287 centros públicos y concertados; además se anunciaron pizarras digitales, proyectores, red wifi, carritos electrificados para cargar las baterías y portátiles para los docentes, así como «mochilas digitales» -lápices de memoria- con contenidos curriculares específicos.

«Lo más razonable desde el principio es que los ordenadores se quedaran en el colegio», afirma el director de un colegio avilesino. Coincide la directora de otro centro de Secundaria: «Tendría que haber sido así desde el principio, porque todo fueron problemas». En algunos centros la utilización de estos equipos se complicó por la falta de conexiones adecuadas.