Bañugues / Xagó, I. GARCÍA

Las playas de Xagó y Bañugues y el área recreativa de Moniello cuentan desde ayer con peaje y cabreo de visitantes. La aplicación de la «zona azul» playera impuesta por el Ayuntamiento comenzó con quejas de los usuarios contra la medida, que les obliga a pagar dos euros para poder aparcar su coche. «Esto es una injusticia, la playa es de todos y no veo la razón por la que deban cobrar», rezongó ayer Alejandro Zapico levantando su mirada de la partida de parchís sobre la arena de Bañugues. «Es como un peaje por darse un chapuzón», zanjó Eugenio Sola acompañado de Luisa Calvo de camino al arenal.

La asociación de parados discapacitados de Asturias es la encargada de gestionar el cobro de los aparcamientos y también se encarga de la limpieza del entorno de los aparcamientos playeros, que suman un total de 1.400 plazas en las zonas afectadas por la «zona azul». El cobro ha sido decidido por el gobierno de Gozón como una medida para contribuir a costear el mantenimiento de la limpieza de las playas.

Los encargados de reclamar los dos euros a cada coche sonreían ante las críticas. Para desarrollar esta labor, la asociación de parados ha contratado, por el momento, a trece desempleados del concejo. «Seguramente acabarán siendo más», aseguró José Antonio Menéndez, vicepresidente de la gestora de la «zona azul» playera.

Menéndez es consciente de las críticas que genera la controvertida propuesta municipal. «Es el primer día», dijo encogiéndose de hombros. Pero las explicaciones no convencieron a Arturo Fernández y su mujer Mónica García, de Oviedo, que ayer se enfrentaron al peculiar peaje gozoniego.

Eva Martínez es una de las trabajadoras de la «zona azul» y defiende la medida. «Los coches están vigilados y los baños están abiertos y limpios», explicó Martínez mientras atendía a uno de los bañistas que deseaba aparcar junto al arenal bañuguero. «Si los usuarios van al bar, a su zona de estacionamiento privada no tienen que pagar», añadió. Miguel Ángel García también trabaja para la «zona azul» playera y se encarga de orientar a los conductores el sitio más idóneo para aparcar. A su lado, Marcelino Granda se dedica a mantener limpia la zona de estacionamiento.

Pero bajo el ausente sol de la mañana de ayer la visión de esta iniciativa que busca recaudar fondos y crear empleo era otra: «Esto es una vergüenza, no es ni medio normal que te cobren y encima por algo que es de todos», espetó Nieves Casas en Bañugues.

En Xagó, más de lo mismo, aunque allí los baños móviles aún no habían llegado. Carlos Arias y José Antonio Fernández comenzaron a cobrar por aparcar. Admiten que la «zona azul» playera genera más discrepancias que aplausos. «Nos llegaron a pedir una credencial», afirmó Arias. Pese a los flecos, Arias y Fernández exigían el par de euros a cada coche que pasaba. «Esto es una playa pública», se quejaban Amada Olga Fernández y Mónica Guerra tras pagar la tasa. Como en Bañugues, los coches que aparquen junto al bar están exentos de cualquier tipo de pago.

Pero la principal reclamación de los usuarios está en los accesos. «No tiene sentido cobrar tal y como está todo esto», criticaron José Ramón Álvarez y Margarita Rodríguez, asiduos de la playa de Xagó. «Si cobran tendremos que ir a otra playa, por ejemplo, a Antromero», afirmó el avilesino. Y aunque hubo chorreo de críticas, los asiduos a ambos arenales gozoniegos no renegaron de su trozo de arena. Serán los vigilantes los que esta vez deban capear el temporal.