De nuestro corresponsal,

Falcatrúas

El Excelentísimo, Intrépido, Inverosímil y Protésico Ayuntamiento de Bildeo encargó a su equipo de sabios un estudio económico que permitiera a los vecinos de esta olvidada comunidad salir de la dichosa crisis sin provocar otra. Nadie esperaba recetas milagrosas, habida cuenta de que en este equipo figuran Manolón Fardel, que llegó a cabo tomatero en la mili, Ramón el Tumbao, antiguo sindicalista minero que empuñó el micrófono en Rodiezmo para masacrar a dos ministros presentes, y Pepe Torazo, que lo arregla todo con la navaja. Estos expertos emitieron un informe hueco, modelo Urdangarín, recomendando que se declare a Bildeo paraíso fiscal. ¡Abracadabra! Lo difícil es saber dónde y cómo se solicita o se compra ese título con los derechos de pernada implícitos; lo fácil, tristemente, es constatar qué pronto se ponen de acuerdo los usureros del mundo para acotar esos lugares privilegiados donde guardar sus caudales a salvo de los gobiernos y las leyes de sus países de origen, esquilmados por estos ciudadanos ejemplares.

Venancio Quilicas, sentenciado como alcalde eterno de Bildeo, sueña con sembrar esta localidad de urbanizaciones de hórreos y paneras, hoteles, restaurantes, casinos, casas de lenocinio, ver sus caleyas recorridas por lujosos coches rozando las paredes de los huertos, turistas con pulseras de «todo incluido». Ningún vecino pretende que nuestro concejo sea como Suiza, pero sería fabuloso que una manada de ricos trajera a este paraisín fiscal dineros a pasto. Lo de fabricar relojes ya se vería.

El informe aporta otra «solución de futuro» basada en que todos los países, en lugar de las cárceles tradicionales, deberían disponer de una isla o de un territorio aislado donde meter a aquellos de sus habitantes transformados en escoria por carencia de escrúpulos y principios éticos. Ya lo hizo Inglaterra, embarcando por la fuerza a todos los facinerosos que les sobraban rumbo a Australia, una isla deshabitada. (Los aborígenes no contaban como humanos).

Como las islas españolas están todas aprovechadas para el turismo, podría habilitarse alguna porción de terreno interior «aislado», regido por el principio de «arreglaos como podáis». Bildeo cumple con los requisitos: es un territorio mal comunicado, abandonado a su suerte, nadie se preocupa por lo que pase aquí, la naturaleza va transformando el Paraíso Natural en Paraíso Matorral, los animales salvajes recuperan sus hábitats ancestrales y estará disponible en breve, en cuanto se mueran de asco los pocos habitantes que quedan, todos muy envejecidos.

Las alambradas que circundan el territorio ya están instaladas co'l sofitu'l Principau, es decir, con subvención; los bildeanos llevan décadas tendiendo alambre de espino, de ese prohibido, separando los montes de los de sus vecinos para que las vacas no cambien de ayuntamiento a la hora de comer; lástima que esas alambradas corten la libre circulación de los animales salvajes cuya población se pretende fomentar.

¡Ojalá hubiesen puesto en práctica hace años este procedimiento para librarse de los delincuentes! Nos hubiéramos olvidado de los etarras y sus mamporreros, enviándolos a todos a un lugar apartado, sin cámaras de televisión, sin micrófonos, sin gente a quien matar o acojonar, sin público. ¡Qué gozada para el resto de españoles, qué descanso! Unas herramientas para que trabajaran un huerto, unas cabañas donde vivir y el olvido más absoluto para con esa gente que sigue produciéndonos dolor de cabeza. Hubieran sido igualmente alojados en esta «reserva india» esos otros que envuelven lo que roban en banderas independentistas. Todos ellos tendrían como vecinos a otros malhechores: gandaya como los asesinos de Marta del Castillo, por poner un ejemplo, que torean a la policía, a la justicia y al lucero del alba sin admitir nada, sin arrepentirse, sin pedir perdón; a los banqueros que han engañado a sus clientes de toda la vida, que confiaban en ellos, metiéndoles sus ahorros en unas trampas donde ellos mismos no invirtieron un duro porque no se creían sus propias mentiras; a los políticos que administran en favor propio lo que es de todos, que compran terrenos o avisan a sus amigos para que lo hagan a sabiendas de que los eriales adquiridos bien baratos serán expropiados bien caros para AVES, autopistas, instalación de polígonos industriales, de urbanizaciones. Pelotazo que te crió.

Si se fijan, «paraíso fiscal» o «isla para delincuentes» son dos caras de la misma moneda, vienen a ser lo mismo.

Seguiremos informando.