I. GARCÍA / S. D. VALDÉS

Ángel Fidalgo Rivaz, sacerdote adscrito a la parroquia de San Juan de Ávila, falleció el pasado domingo, a los 82 años, tras una vida dedicada a la Iglesia. Este párroco natural de Ardisana (Llanes) dejó su impronta en el concejo de Gozón tras haber oficiado misa durante treinta años en Bañugues y ser el capellán del Marino de Luanco en los últimos quince. Es tal su apego a la parroquia bañuguera que muchos reconocen a Fidalgo como «el cura de Bañugues» pese a haber dejado la plaza en 1988 para convertirse en canónigo de la basílica de Covadonga y encargado de la parroquia de La Riera.

Durante los últimos seis años, «el cura de Bañugues» ejerció como párroco adscrito en San Juan de Ávila, en Avilés, donde también dejó huella. El cura de este templo, Jesús Rodríguez, expresó ayer sus condolencias por el fallecimiento de su compañero. «Llegué a tenerle mucho aprecio», afirmó Rodríguez, visiblemente emocionado.

Fidalgo ya estaba jubilado, es decir, no tenía ningún tipo de obligación con la Iglesia. Eso sí, siempre que podía echaba una mano en las misas de las 11 de la mañana de los domingos y en las eucaristías en las que Rodríguez estaba ausente. «Llevaba dos meses más debilitado que de costumbre. Perdió mucho peso en cuestión de semanas y, finalmente, cuando apenas se tenía en pie y hablaba con dificultad, su familia decidió ingresarlo», relató el titular de San Juan de Ávila.

El alcalde de Gozón, Ramón Artime, definió a Ángel Fidalgo como «una institución en el concejo» y valoró su fallecimiento como «una gran pérdida». El presidente del Marino de Luanco, Luis Gallego, describió al «cura de Bañugues» como una pieza más del club, que milita en Segunda División B del fútbol español. «Siempre mantenía contacto con los jugadores, visitaba el vestuario y, desde siempre, disfrutó mucho con los partidos que el Marino jugaba en casa», destacó el presidente marinista.

El cadáver de Ángel Fidalgo será llevado a las tres de la tarde de hoy a la iglesia de San Juan de Ávila, donde se rezará el santo rosario una hora antes del funeral. Una vez finalizados los actos religiosos, el cuerpo será trasladado a su localidad natal, donde será enterrado este cura aficionado del Marino de Luanco, llanisco, «de Bañugues» y avilesino.