El ojo de cristal perdido el miércoles en la playa de Santa Marina de Luanco fue hallado ayer por un usuario del arenal luanquín. El hombre, tras recoger la prótesis en la playa, acudió a entregarlo al puesto de salvamento en torno a la una y media de la tarde. Los socorristas, tras recoger el ojo de cristal y dejarlo a buen recaudo, llamaron a la mujer que lo había perdido el día anterior en la orilla de la playa de la capital gozoniega. «Nos dieron una gran alegría», señaló uno de sus familiares. Según ha podido saber este periódico, en el momento de los hechos, la mujer en cuestión estaba dándose un baño en el mar Cantábrico cuando al salir del agua, debido al fuerte oleaje, una de las olas le tiró cerca de la orilla; fue entonces cuando perdió la prótesis ocular.

Tanto la afectada como los familiares que la acompañaban, que están de vacaciones en Luanco, comenzaron a buscar el ojo por los alrededores de lo ocurrido, terminando la exploración sin éxito. Entonces decidieron dar aviso a los servicios de salvamento, que acto seguido solicitaron por megafonía, hasta en dos ocasiones, la colaboración de los allí presentes para dar con el objeto perdido: «Se ha perdido un ojo de cristal de color marrón, si alguien lo encuentra que lo deje en el puesto de salvamento», solicitaron los socorristas. Los familiares allí presentes esperaron a que bajara la marea para continuar con la búsqueda, pero la prótesis ocular en cuestión no fue hallada y se fueron a casa con las manos vacías. La mujer, que ya pensaba que tendría que esperar hasta el regreso a su ciudad para reemplazar la prótesis, recibió una grata noticia cuando los socorristas le llamaron en la tarde de ayer para informarle del hallazgo del ojo de cristal por parte de un bañista. Una prótesis ocular conlleva un elevado coste y, además, cierta dificultad por las medidas y el tiempo que lleva realizarlo: «Consultamos con un oftalmólogo de aquí, pero no nos lo hacían, así que esperábamos que en la ciudad de origen aún tuvieran las medidas para reemplazarlo», señaló un familiar de la afectada.