La empresa Asturiana de Zinc (Azsa) genera en su proceso productivo lodos que contienen una alta proporción de mercurio, oficialmente, desde mayo de 2012; no obstante, según fuentes consultadas por este diario, esos lodos ya se empezaron a producir en las instalaciones fabriles de San Juan de Nieva en febrero de aquel mismo año y no fue hasta mayo de este año (quince meses después) cuando el Principado autorizó su existencia. Fue en mayo de 2012 cuando Azsa solicitó permiso al Principado para gestionar este tipo de lodos tóxicos, inherentes al proceso productivo. En enero de 2013, y debido a la falta de respuesta de la Administración regional, Azsa insistió en la solicitud enviada en su momento. Fue en mayo de 2013 -hace sólo tres meses- cuando la Consejería de Fomento dio de paso la solicitud, que llevaba un año perdida entre expedientes. Entre medias, se almacenaron 150 toneladas de residuos que contienen mercurio (y selenio y también agua) en las instalaciones de Asturiana de Zinc. Y en diciembre de 2012 se produjo el grave accidente por intoxicación de mercurio que afectó a casi un centenar de trabajadores, si bien no existe relación probada entre ese suceso y los lodos.

La compañía que administra actualmente Íñigo Abarca presentó el 14 de mayo de 2012 una solicitud oficial de inscripción de un residuo que denomina «lodos de depuración de gases de tostación de minerales de cinc», aunque, en realidad, se trata de «residuos que contienen mercurio», según el código identificativo de la Lista Europea de Residuos (LER) que consta en la misma solicitud (LER 06 04 04*) . Esta solicitud se presentó alegando «cambios en el proceso productivo». Estos cambios se refieren, según fuentes contrastadas, a que se detectó a principios de 2012 una partida gigantesca de ácido sulfúrico contaminada por mercurio; es decir, se detectó un producto de comercialización escasa o nula. El Principado consintió esa producción de lodos en mayo de este año, esto es, doce meses después de que Azsa pidiera permiso y al menos catorce desde que la empresa comenzara a generar esa sustancia.

El inspector de Trabajo y Seguridad Social, Alberto Paramio, refirió en el informe sobre el accidente por mercurio ocurrido a finales de 2012 la presencia de mercurio en ácido sulfúrico y el proceso de su eliminación. Aquel accidente causó una intoxicación masiva de, al menos, cincuenta personas; posteriormente se detectaron más casos sin relación directa con la fuente original de contaminación. Escribe Paramio: «...una parte del mercurio elemental es capaz de atravesar también estas fases de depuración, por lo que se necesita una depuración adicional que se realiza a través del proceso Boliden». Este método, según palabras del propio Paramio, «se basa en la oxidación del vapor de mercurio por una solución de cloruro mercúrico que se utiliza como líquido de riego»; es decir, el método Boliden consiste en bañar el gas de ácido sulfúrico con un decantador de mercurio con el fin de extraer el mercurio elemental.

¿Cuándo comenzaron «los cambios en el proceso productivo»? La empresa reconoce en un oficio enviado al Principado el 25 de enero de 2013 que fue «en mayo de 2012». Sin embargo, y según fuentes consultadas, el «residuo que contiene mercurio» empezó a producirse en la planta de San Juan de Nieva «al menos dos meses antes de la solicitud de inscripción», esto es, en febrero del año pasado.

A principios del pasado año, Azsa detectó cantidades destacadas de mercurio en el ácido sulfúrico que había sido bombeado a los depósitos que la compañía posee en el Puerto de Avilés. Según fuentes consultadas, los responsables de la empresa comenzaron entonces a estudiar el modo de deshacerse de este mercurio. Según estas mismas fuentes, «a finales de febrero o comienzos de marzo» de 2012 se comenzó a aplicar el método Boliden en las plantas de tostación de Azsa; es decir, en febrero o marzo del pasado año se empezaron a producir los lodos con el código LER 06 04 04*, los del mercurio. Sin embargo, no fue hasta mayo del año pasado cuando la empresa pidió permiso para producirlo y no fue hasta el 28 de mayo de este año cuando el Principado informó de que esta producción de residuos podía llevarse a cabo porque la modificación «se califica como no sustancial, no considerándose necesaria la inclusión de nuevos condicionantes ambientales en la Autorización Ambiental Integrada».

El responsable de Medio Ambiente de Asturiana de Zinc reconoció al Principado -enero de 2013- que la empresa empezó a producir lodos de mercurio en mayo de 2012 y recuerda al Gobierno regional que «el 23 de abril de 2012 presentó ante la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente la solicitud para el envío transfronterizo del citado residuo». ¿Azsa podía obrar en este sentido? En el artículo 10 de la Ley de Prevención y Control Integrados de la Contaminación -vigente el pasado año- se lee: «El titular de una instalación que pretenda llevar a cabo la modificación deberá comunicarlo al órgano competente». Y Azsa actuó por el libro: comunicó los cambios de producción.

No obstante esto, la ley también indica que es la empresa la que tiene que evaluar si estas modificaciones son sustanciales o no sustanciales. El 14 de mayo de 2012, Asturiana de Zinc no había hecho esto. El día 1 de junio, la compañía subsanó la falta de información señalada por el Principado unos días antes (el 25 de mayo). Entonces fue cuando Azsa indica que la modificación es «no sustancial»; esto es, días antes de que el Principado tuviera toda la información sobre los lodos de mercurio, la empresa de Castrillón producía lodos contaminantes consecuencia del proceso de tostación.

Se da la circunstancia de que en mayo del año pasado se produjo una parada en una de las cuatro plantas de tostación de las instalaciones de Asturiana de Zinc. La Asociación Asturiana de Intoxicados por Metales Pesados y Agentes Químicos -que agrupa a buena parte de las víctimas oficiales del accidente de diciembre del año pasado- ya indicó que en aquella parada de finales de mayo y principios de junio «hubo víctimas de mercurio, aunque éstas no fueron nunca reconocidas».

¿Cuánta cantidad de lodos produce la empresa? El responsable de Medio Ambiente de Azsa asegura que serán 150 toneladas al año. En el oficio de enero de 2013 este mismo responsable recuerda «todavía no se ha recibido por parte de las autoridades competentes de destino la aprobación para el envío transfronterizo del citado residuo, que comenzó a almacenarse en las instalaciones de San Juan de Nieva durante el mes de junio; el plazo de seis meses previsto por la ley se ha visto superado». Por esto, solicita «una ampliación del plazo de almacenamiento». Según fuentes consultadas, el inicio del almacenamiento de mercurio es «anterior a junio de 2012 y también anterior a mayo de ese mismo año». ¿Cómo se almacenaban estos lodos de mercurio? «Se realizará en bidones metálicos cerrados de 200 litros de capacidad», según se lee en un informe de la sección de autorizaciones ambientales. ¿Estos bidones se iban a quedar en España? Azsa indica al respecto: «El tratamiento empleado en la gestión de estos residuos es el almacenamiento a 500 metros bajo tierra en una mina de sal de la empresa K+S, en Alemania».