Carolina G. MENÉNDEZ

Manos Limpias, que ayer inauguró en Avilés su sede regional, se va a sumar al caso Marea, según anunció José Alfredo García Fernández-Del Viso, coordinador territorial del sindicato que cuenta con aproximadamente 70 afiliados en la región, la mayoría de Avilés «quizás por contar la ciudad con uno de los casos de mayor corrupción: el Niemeyer.

Ayer, la primera reunión de la junta directiva regional contó con la presencia de Miguel Bernard Remón, secretario general nacional de la organización que desde el año 1992 viene denunciando centenares de casos de corrupción en todo el país. En Asturias, tras conocer de mano de ciudadanos anónimos las irregularidades de diferentes administraciones, han presentado querellas y denuncias contra los ayuntamientos de Pravia, Siero, San Martín del Rey Aurelio, Tineo o Llanes, entre otros, así como contra Enrique Bueno, concejal de urbanismo de Corvera; la Mancomunidad vaqueira o la consejería de Bienestar Social del Principado por incumplir el reglamento en materia de salud en una residencia de ancianos situada en Malleza, Salas. «No existe ningún ayuntamiento en esta nación que pueda levantar las manos y las tenga limpias», apuntaba Miguel Bernard Remón mientras daba cuenta de algunos de los casos más flagrantes de corrupción que se están destapando en el territorio nacional y en los que está actuando Manos Limpias, como los ERE de Andalucía, los casos Bárcenas y Urdangarín, la malversación de caudales públicos, falsedad documental y apropiación indebida de la UGT de Andalucía, la prevaricación de la alcaldesa de La Línea o los abusos del regidor de Marinaleda. Ante tal deshonestidad política, social y económica, Bernard considera que «el segundo problema de la sociedad española tras el paro es la corrupción». Y por ello, añade, «no nos han concedido las olimpiadas porque España es corrupta, no persigue el dopaje y tiene en peligro su unidad territorial».

Precisamente Cataluña y su afán por establecer una consulta popular en favor de la independencia ha sido la protagonista el último escrito de Manos Limpias. En él, hoy, tal y como comentó su secretario general nacional, «hemos pedido al gobierno que no claudique, que deje el diálogo y aplique la intervención administrativa de modo que las competencias sean asumidas por el gobierno central».

Ante el desencanto de la población que reitera estar harta del exceso de abusos y de la inoperancia de la administración judicial que, por el contrario, sí actúa con celeridad en aspectos de menor calado de la ciudadanía en general, Bernard reconoce que «desgraciadamente, la ley no es igual para todos y el artículo 14 de la Constitución es una farsa, puro papel. Hay jueces y fiscales politizados que miran para otro lado cuando se trata de banqueros».

El sindicato, cuya primera acción fue la Expo de Sevilla del año 92 «donde se pringó todo hijo de vecino», resaltó Miguel Bernard, «no va ser puramente jurídico. Aspira a participar en las elecciones de la administración pública y en los comités de empresa, anunció Fernández-Del Viso.

A diferencia de otros sindicatos, Manos Limpias presume de su independencia, que dice tiene «porque no recibimos subvenciones de nadie. Por eso podemos denunciar», recalca. En este sentido, critica las ayudas que reciben el resto de las organizaciones sindicales, pero también las políticas y empresariales. «Si a UGT y Comisiones Obreras le quitan las subvenciones desaparecían del mapa», afirmó con rotundidad Bernard Remón. Pero fue más allá y propuso suprimirlas igualmente a los partidos políticos y a la patronal.

Para hacer frente a los gastos del sindicato, Manos Limpias cuenta con las cuotas de sus afiliados y el apoyo de los despachos de abogados integrados igualmente por allegados a la organización. «Nuestros despachos son afiliados y creen en esto. El ahorro de los letrados nos permite estar en todos los procedimientos. Pero cuando nos pide fianzas no las podemos pagar excepto en algún caso que recibimos la ayuda de benefactores», manifestó Bernard.

Y los comentarios vertidos sobre la ideología de quienes integran Manos Limpias, su secretario general nacional dijo que «ya no cuela el mensaje que asegura que somos un sindicato de extrema derecha. Es una falacia y un discurso desfasado, sobre todo porque denunciamos por igual casos de corrupción protagonizados por la derecha como por la izquierda». Para apoyar esta afirmación, José Alfredo García, junto al portavoz jurídico del sindicato en Asturias, Jonathan Menéndez, puso como ejemplo al ayuntamiento de Siero, gobernado por Foro.