La organización ornitológica Mavea condena a través de una nota de prensa que hizo llegar a este periódico la creciente utilización del tramo más bajo de la ría de Avilés como zona de baños y en especial las áreas de Zeluán (Llodero) y San Balandrán. En este sentido, los responsables de Mavea recalcan que pese a la evidente mejoría producida en la calidad del agua del estuario durante los últimos años «aún es perjudicial para la salud el baño» en esas zonas. Así mismo, la organización recuerda que las playas citadas están incluidas dentro del monumento natural de la charca de Zeluán y la ensenada de Llodero, una calificación que restringe determinados usos del territorio, como por ejemplo los baños en zonas con elevada presencia de aves o la «invasión» de los espacios dunares.

La nota de prensa de Mavea se hace eco de la práctica cada vez más habitual de baños en la ría de Avilés, una realidad que los usuarios de los espacios playeros del estuario justifican porque la mejora de la calidad medioambiental de la ría «invita a bañarse en ella». No obstante, el colectivo ornitológico asegura que lleva décadas siguiendo la evolución de la calidad de las aguas de la ría avilesina y si bien admite que ésta ha mejorado claramente, «el baño en sus aguas aún es perjudicial para la salud». En este sentido, según Mavea, «se advierte de este peligro en un eufemístico cartel que reza "aguas no recomendadas para el baño" en la playa de Samalandrán (San Balandrán). Hay que tener en cuenta que en la zona de Samaladrán y los muelles de Alcoa hay vertidos industriales permanentes y que la depuradora de Maqua aún no está conectada al mar, por lo que vierte en la zona de los astilleros».

Sobre los usos de las playas interiores de la ría, los responsables de Mavea reseñan que están enclavadas dentro de un espacio natural «de enorme importancia a nivel regional y que se caracteriza principalmente por la riqueza en especies vegetales en sus formaciones dunares y por la abundancia continua de aves acuáticas, principalmente migratorias».

El decreto regulador de los espacios naturales como el existente en Llodero y Zeluán, según Mavea, «señala como actividades no permitidas todas aquellas que pongan en peligro la integridad de los hábitats y las especies que hacen que el espacio tengo una importancia y con ello una protección especial. Además no se pueden autorizar las actividades que supongan molestias a las aves, especialmente a las aves migratorias en general y las limícolas en particular. Parece bastante evidente que el pisoteo de las dunas no es una buena forma de preservar las especies vegetales, algunas de ellas en peligro de extinción en Asturias. Más bien al contrario, suponen la pérdida irreparable de los pocos especímenes que aún quedan. Precisamente se han hecho pasarelas de madera en las dunas para evitar el pisoteo de las plantas».

Además, concluye la nota de Mavea, «la ocupación de la zona por parte de bañistas, especialmente en marea alta, supone que las aves no encuentran donde poder descansar y alimentarse. En algunos casos, estas molestias suponen la muerte por inanición o por agotamiento, como por desgracia hemos podido constatar en numerosas ocasiones. Como vecinos de la zona, y usuarios por lo demás de nuestras excelentes playas, las cuales hemos limpiado, defendido y difundido sus bellezas y virtudes siempre que hemos podido, denunciando su contaminación o su deterioro para bien de toda la comarca y sus habitantes -siempre voluntariamente- creemos que hay que tener informada a la población sobre las actividades que se pueden realizar en ellas, y en su caso, las que no son recomendables, o, en este caso, las que no deberían hacerse».