Carolina G. MENÉNDEZ

«Mi padre dio su alma a Sevilla. Se impregnó de esta ciudad y la amó profundamente». Quien así se manifiesta es Coral Braña Barrio, hija del candasín Pedro Braña, director de la Banda Municipal de Sevilla entre los años cuarenta y setenta del siglo pasado. Dentro de unos días, la capital hispalense agradecerá una vez más esa entrega y el cariño que el músico demostró hacia la sociedad cultural sevillana -es hijo adoptivo de la ciudad y una calle del barrio de Nervión lleva su nombre- con un homenaje que organizan el Ateneo y el Centro Asturiano de Sevilla. En él, la hija de quien recuperó el «Miserere» de Hilarión Eslava y es autor de más de una docena de marchas procesionales de Semana Santa, ofrecerá una visión humana del padre y del músico. «Es una charla que transcurre de la mano de Pedro Braña y en la que desvelo aspectos desconocidos de su música», señala Coral Braña. Su ponencia, de la que no quiere revelar detalles concretos, tendrá lugar el día cuatro en el Ateneo de Sevilla, estará apoyada por diapositivas que recogen distintos momentos de la vida del músico, e incluirá una pequeña actuación de la Coral Avilesina.

Al día siguiente, en la Basílica de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, la agrupación coral volverá a ofrecer un concierto y, tras él, junto a la orquesta Julián Orbón, interpretarán la Misa al Sagrado Corazón de María, de Pedro Braña, y el Ave María de la Macarena, con Rosa Jorquera Peláez como solista. Y para rematar el homenaje, Pilar Mud Pérez y Rosa Jorquera interpretarán el versículo «Redde» del Miserere.

Estos días, antes de emprender rumbo hacia la ciudad bañada por el Guadalquivir, Coral Braña, que vive en Salinas, repasa las vivencias de «un hombre entrañable y cercano pero muy recto a la hora de dirigir y de cumplir las normas», comenta. Con orgullo y satisfacción, rememora cuán implicado estuvo su padre en divulgar la música: «Llegaba al público y creaba afición a través de piezas pegadizas», manifiesta al tiempo que apunta algunos de los logros alcanzados en su dilatada carrera musical. Hizo la banda sonora para cuarenta películas, entre ellas «Altar mayor», rodada en Covadonga; es el autor de la Obertura para la Expo de Sevilla del 92 -«una obra muy corta ya que era amigo de hacer cosas breves»- y escribió la Marcha de la coronación de la Macarena - «un símbolo en Sevilla»-. Su quehacer musical llegó hasta el núcleo familiar ya que poco tiempo antes de su fallecimiento, dice Coral Braña, escribió una misa para la boda de su nieta. Años después, en los esponsorios de sus otros dos nietos también estuvo presente la obra escrita por el maestro, que además de hijo predilecto de Candás está en posesión de la encomienda de Alfonso X El Sabio y la medalla de plata de la Cruz Roja.