C. G. M.

Existen colecciones para todos los gustos, desde los tradicionales sellos o convencionales monedas hasta las más peculiares integradas por sacacorchos o azucarillos. José Ramón Rumoroso, aficionado a los sellos, conoce bien el mundo del coleccionismo; no en vano se dedica a la búsqueda, investigación y estudio de las estampillas desde principios de los años setenta. Recuerda sus inicios ya que por entonces trabajaba en Cruz Roja. Y lo hizo de la mano del médico cirujano Fernando Camino Zamalloa, quien dedicó su atención a los sellos de España y sus colonias.

Rumoroso también descubrió los secretos de la filatelia a través del dermatólogo avilesino Gabino García, bibliófilo interesado en el Quijote y que extendió sus estudios sobre el personaje cervantino al campo de la filatelia. "Es conveniente que alguien te oriente para evitar errores y aún así se tienen. Los aficionados sabemos que los sellos no se pueden pegar y yo, en cambio, los primeros que tuve los llenaba de pegamento para colocarlos en una libreta", confiesa.

El coleccionismo es una afición que absorbe, reconoce Rumoroso, miembro de la Sociedad Filatélica Avilesina que esta semana celebra Exfiavilés. "Empiezas y te va comiendo. Te metes y el tiempo pasa volando ya que no se trata sólo de buscar o conseguir una pieza, sino también de investigar su historia", comenta. Rumoroso, que manifiesta su interés por poder celebrar una jornada dedicada a las colecciones, reconoce que "internet es una fuente importante de búsqueda e información tremenda aunque quitó el sello de la correspondencia".