A Gonzalo Rodríguez Sánchez (Valliniello, 1974) le ha tocado ser estos días el pararrayos del malestar hostelero que sacude la ciudad. En su condición de vicepresidente de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (Ucayc), primero tuvo que lidiar con las denuncias de un grupo de empresarios que retrataron Avilés como una localidad permisiva con los hosteleros que infringen todo tipo de leyes (las referidas a horarios de cierre, la del ruido, la del tabaco...) y estos últimos días ha tenido que salir a la palestra para defender los intereses del gremio en la futura ordenanza de terrazas que elaboró el equipo local de gobierno y no sin controversia por el medio.
Como telón de fondo a todo lo anterior, estos han sido días en los que surgieron serias dudas sobre el futuro de la mancomunidad de Turismo -un sector que afecta directamente a los hosteleros- y corrieron rumores sobre la posible constitución de una o varias asociaciones de hosteleros llamadas a erigirse en alternativa a la Ucayc, un entidad que es criticada en ciertos foros por su "pasividad" y su entreguismo a la doctrina oficial del Ayuntamiento de Avilés.
-Apenas lleva cinco meses en el cargo de vicepresidente y los problemas hacen cola a su puerta...
-La verdad es que está siendo un inicio de mandato intenso, bastante más de lo que esperaba. Pero es lo que hay y trataremos de afrontar la situación de la mejor forma posible, pensando siempre en defender el interés general de la hostelería de la comarca.
-Primer capítulo bronco: varios hosteleros, amparados en el anonimato, lanzaron graves acusaciones sobre la existencia de ciertas prácticas ilegales en la hostelería avilesina: bares que no respetan el horario de cierre, otros que están abiertos sin licencia, consumo de tabaco en los locales... ¿Cree que esa es una imagen fiel de la hostelería local?
-Claro que no, la realidad no es es la que contaron esos señores. Admito que no todos los locales cumplen la ley al cien por ciento; pero eso no es exclusivo de Avilés, se da aquí y en todas partes. Lo que esos hosteleros perseguían con su denuncia, y así me lo han ratificado terceras personas, eran objetivos particulares, nunca el interés general. Y la Ucayc no juega a eso; nuestra organización, que representa a más de 400 hosteleros, siempre defenderá al colectivo y buscará lo mejor para el conjunto. Asumo que eso implica ser criticado, pero es que nunca podremos actuar al gusto de todos al ser la hostelería una actividad tan heterogénea y diversa.
-Al hilo de aquellas denuncias, que por cierto quedaron en nada con el paso del tiempo, la Ucayc hizo mutis por el foro.
-Aparte de que esas denuncias de las que usted me habla fueron anónimas -a la Ucayc nunca le constaron oficialmente-, creo que los problemas no se arreglan yendo a denunciarlos al periódico; en la Ucayc trabajamos de otra manera, tenemos un equipo de técnicos que asesoran y ayudan a nuestros socios, e incluso a los que no lo son, cuando tienen algún problema. Quizás esos hosteleros molestos debieron venir a vernos y contarnos lo que les preocupaba.
-A raíz de aquella polvareda hubo intentos de constituir una asociación local de hostelería que supliese la supuesta "inutilidad" de la Ucayc en la defensa de los intereses del sector. ¿Es sabedor de esto?
-Sí, sé que se habla de eso y también estoy al día de los rumores que apuntan a una segunda asociación. Personalmente creo que eso nos dividiría, haciéndonos más débiles; ¿quién sería la voz autorizada de la hostelería local? Ahora al menos, el Ayuntamiento tiene como tal a la Ucayc; algo es algo. A este respecto yo también me pregunto si los promotores de esas pretendidas asociaciones buscan el interés general o llenar sus locales. Ahí lo dejo.
-Precisamente, una de las cosas que parece estar en cuestión es la función de la Ucayc como voz autorizada de la hostelería.
-Vengo diciendo desde el primer momento que no estoy agarrado al cargo, que si el problema soy yo dejo la vicepresidencia mañana mismo.
-Igual no van por ahí los tiros, sino por la supuesta falta de iniciativa de la organización o los "pobres" resultados de sus acciones promocionales.
-Lo que consta en la Ucayc es un grado aceptable de satisfacción con certámenes como los menús de Antroxu, la Semana de la tapa o el Famous Wine Festival. Soy consciente de que siempre habrá críticas, pero desde una perspectiva general -que es a la que me debo- debo decir que los resultados son buenos. ¿Mejorable? Por supuesto. En ese sentido tenemos nuevos proyectos en marcha, como poner en marcha un Club del vino ligado a actividades que involucren a la hotelería u otros sectores. También somos conscientes de que los barrios, la periferia avilesina, están quedándose al margen de las iniciativas hosteleras y trataremos de intervenir para corregir ese asunto. Lo único que pido en este sentido es colaboración y participación, que los profesionales nos cuenten sus ideas e inquietudes; cuanto más unidos estemos, mejor.
-¿Puede que la crisis esté influyendo en la crispación que parece haberse instalado en el sector hostelero de la ciudad?
-Sin duda es un factor a tener en cuenta, cuando los hosteleros tenemos llenos nuestros locales nuestras preocupaciones se relajan.
-¿Qué hacer ante esta situación?
-Aparte de la crisis, la mentalidad de la gente ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte; el viejo modelo hostelero de sota, caballo y rey es historia; el público se ha vuelto exigente, está viajado y además nadie gasta ya el dinero con la misma alegría que antes. Nuestro público ha madurado y es selectivo, quiere ofertas atractivas, diferentes y de calidad. O entendemos esto y actuamos en consecuencia o nos irá mal.
-Hablemos de la ordenanza de terrazas, una normativa que muchos hosteleros no acaban de ver clara.
-En realidad este asunto ya viene del mandato anterior, si bien fue ahora cuando el Ayuntamiento decidió darle el último empujón. En la Ucayc vimos bien desde el primer momento la actualización de la ordenanza porque la anterior estaba obsoleta y la nueva tiene ventajas indudables como la renovación automática de las licencias, algo que va a evitar a los hosteleros el engorroso trámite de solicitar cada año la renovación del permiso.
-No obstante surgieron puntos de conflicto, como la fijación de la tasa a cobrar y la definición de los horarios, entre otros.
-Hubo varias reuniones para acercar posturas en esos apartados y creo que al final se logró el objetivo principal: evitar que el sector saliera perjudicado.
-No obstante la Ucayc dio la sensación de "tragar" al principio con casi todos los postulados municipales y fue sólo a última hora -la semana pasada para más exactitud- cuando enseñó los dientes.
-No negaré que pudo haber dado esa sensación, pero fue debido a un malentendido: desde la Ucayc entendimos que habría una nueva reunión antes de llevar el asunto al Pleno y en el equipo de gobierno creyeron que todo estaba conforme. Al aproximarse la fecha del Pleno para aprobar la ordenanza hicimos saber que no todo estaba en orden, que faltaban por concretar aspectos relacionados con la tasa a cobrar por la instalación de terrazas y el horario de las mismas.
-Y al final, ¿cuál será la tasa a pagar?
-La calculará el Ayuntamiento a partir de la medición de una muestra de terrazas que hará la Ucayc y la determinación de cuál ha de ser el precio medio para que ningún hostelero pague más el año que viene. Lo que cabe destacar es la sensibilidad que ha demostrado el Ayuntamiento al aceptar mantener unos gravámenes a las terrazas que son los más acomodados de Asturias; las circunstancias no están como plantear subidas y así lo han entendido los concejales.
-¿Y respecto a los horarios?
-El empeño de la Ucayc fue que Avilés tuviese igualdad de condiciones con la hostelería de otras ciudades competidoras, en especial Gijón. Y así será.
-¿Y si en Gijón levantan la mano y dejan que las terrazas están montadas fuera del horario legal?
-(Se encoge de hombros) Nuestra reivindicación ha sido y seguirá siendo la igualdad de condiciones.
-¿Echará usted de menos la mancomunidad de Turismo en caso de que se disuelva?
-Todo lo que se hace para potenciar el turismo en la comarca me parece interesante y no veo motivo para ridiculizarlo.
-No obstante otros entes, como el Club de Empresas, echan de menos una mayor ambición en la materia y, sobre todo, un guión, un hilo conductor.
-Todo es mejorable, claro que sí, pero tampoco es cosa de tirarnos los trastos a la cabeza. Este verano, sin ir más lejos, no puede decirse que haya sido un desastre en materia turística, se notó que vino gente a la ciudad. Algo se debe de estar haciendo bien, ¿no?
"No puede decirse que este verano haya sido un desastre en materia turística, se notó que vino gente a la ciudad; algo se debe de estar haciendo bien, ¿no?"
