José María Martínez-Hidalgo y Terán (Sama de Langreo, 1913 - Barcelona, 2005) tenía dos grandes amores: Asturias, su tierra, y la museología marítima. El que fuera director del Museo Marítimo de Barcelona durante 25 años es una persona muy querida en el centro museístico luanquín, de hecho, la sala 5 del museo lleva su nombre, precisamente, porque gracias a sus conocimiento de museología marítima ayudó a diseñar la distribución interior del Marítimo de Asturias entre los años 1998 y 2000. "A él le gustaba decir que era el primer edificio que en España se construía para museo marítimo", afirmó el director del Museo Marítimo de Asturias, José Ramón García, durante la inauguración de la exposición que repasa la figura de José María Martínez-Hidalgo y Terán y que se puede ver en la primera planta del edificio de la calle Gijón. Ayer se cumplió el centenario del nacimiento de este amante de la náutica.

Al acto acudieron la hija -Josefina Martínez-Hidalgo- y la nieta del homenajeado -Patricia Rius-, que manifestaron el interés de la familia en donar una serie de documentos de su pariente vinculados a la náutica y el mundo de la marina mercante, la guerra y el deporte, entre otros asuntos relacionados con el mar y la museología. "Queremos que todo ese material se quede aquí para que pueda ser estudiado", manifestó la hija del que fuera capitán de fragata de la Armada, de la Marina Mercante y de yate y autor de numerosos libros y artículos en revistas y prensa.

Una de las investigaciones más trabajadas de Martínez-Hidalgo fue Colón y las naves del descubrimiento de América. "A día de hoy es una de las referencias más sólidas en este campo que inició basándose en documentación náutica de la época", destacó el director del Museo Marítimo de Asturias, en Luanco. De esas investigaciones, el homenajeado consiguió dirigir la construcción a escala real de dos ejemplares de la nao Santa María que tendrían como destino la feria mundial de Nueva York en 1964 y para otro evento internacional en Venezuela cuatro años más tarde.

"Se trata de una figura irrepetible en la historia de la museología que tuvo también otra actuación memorable con la construcción a tamaño natural de la Galera Real, que es quizá la pieza más espectacular del Museo Marítimo de Barcelona", señaló José Ramón García, que recordó además que Martínez-Hidalgo introdujo en España el velero clase "optimist", para la iniciación a la vela. La exposición repasa su vida a través de diplomas, condecoraciones, metopas y fotografías de su vinculación con el Museo Marítimo de Asturias, al que le gustaba acudir cada vez que visitaba Asturias, al menos, una vez al año hasta su fallecimiento en 2005.

La muestra cuenta además con indumentaria marinera del homenajeado y una réplica del navío San Juan Nepomuceno, con 74 cañones, que fue elaborado por José María Martínez -Hidalgo y Terán y que fue premiado en una exposición de modelos navales de Barcelona.