La consternación sacudió el entorno de Muros (La Coruña), donde residían los dos marineros gallegos que permanecen desaparecidos y el que ya ha sido rescatado muerto: Lucas José Mayo Abeijón, Manuel Tajes Lestón y Manuel Indalecio Mayo Brea.

La esposa de Lucas Mayo sufrió una crisis de ansiedad al conocer la noticia: ayer no sólo lloraba por su marido sino que recordaba también que su padre murió en un naufragio en Libia en 1989. "Es una desgracia que no podemos sacarnos de encima: el suegro de Lucas murió en un naufragio hace veinticinco años y ahora es él quien sufre las consecuencias del mar", acertaba a explicar emocionado uno de los tíos del marinero de 33 años.

En la casa familiar permanecían los dos hijos del matrimonio, de 9 y 3 años. El menor celebró su cumpleaños el domingo y tuvo la fortuna de hacerlo en compañía de su padre, en una gran fiesta, horas antes de que el marinero partiese a Asturias para embarcar. "Estuvimos todos juntos, riéndonos", aseguraban entre lágrimas un primo y un tío de Lucas Mayo.

"Iban durmiendo, por eso no les dio tiempo a reaccionar", aseguraba en la parroquia de Abelleira un familiar de Manuel Indalecio Mayor Brea, cuya muerte quedó constatada a lo largo de la mañana. "No sabemos qué pasa, pero el mar no perdona", sollozaba una de las tías de la víctima.

Uno de los sobrinos de Manuel Tajes recordaba que su tío "se dedica al mar desde siempre". "Es uno de los pescadores de cerco más experimentados, un hombre bueno y un ejemplo para muchos", aseguraba en el bar próximo a su vivienda uno de sus mejores amigos. La tragedia tiñó ayer de negro el azul de las Rías Baixas, tierra de hórreos, pescadores y agricultores que ayer revivieron el dolor.