La Policía Judicial de la Guardia Civil investiga la muerte de un avilesino de 63 años, Ignacio Pérez García, en su chalé, ubicado en la pequeña localidad de Peñarrey, perteneciente a la parroquia de Quiloño, en Castrillón. Las primeras hipótesis apuntan a que el hombre -controlador aéreo ya jubilado- falleció de forma natural: el cadáver no presentaba signos aparentes de violencia, según fuentes próximas a la investigación. Agregaron, no obstante, que la habitación donde hallaron el cadáver tendido en el suelo, con golpes y rasguños leves en una pierna se encontraba "revuelta" y con la caja fuerte abierta. De ahí la decisión de los agentes de precintar la casa, al menos hasta que el médico forense realice la autopsia con la finalidad de conocer la causa concreta de la muerte.

Ignacio Pérez García, soltero y sin hijos, residía solo desde hace diecisiete años en el número 25 de Peñarrey. Dos veces a la semana visitaba su vivienda una empleada del hogar, que ayer, a eso de la una de la tarde, fue quien dio la voz de alarma. Los vecinos de la pequeña localidad castrillonense se mostraron consternados. Hasta Peñarrey se desplazaron agentes de la Guardia Civil de Castrillón, miembros de la Policía Judicial y del Juzgado de Avilés más la médico forense. Acudieron también hasta el chalé altos mandos de la Benemérita: el capitán al mando del cuartel de Avilés, Mariano Revuelta Gómez, y el teniente Pascual Sevillano, que durante aproximadamente dos horas inspeccionaron el lugar del suceso.

La Guardia Civil señaló que, de acuerdo al primer examen, Ignacio Pérez García falleció de forma natural. De ser así, será hoy cuando los agentes den por cerrado el caso, una vez que el médico forense practique la autopsia en La Carriona. El juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver alrededor de las 5 de la tarde y una funeraria del tanatorio de Avilés trasladó entonces el cuerpo a la morgue avilesina.

Ignacio Pérez García, "Nacho" para sus allegados, era una persona muy conocida en la comarca. Aunque era natural de Avilés, el hombre vivió durante unos años en Salinas -también en el archipiélago canario por motivos laborales- y hace casi dos décadas se había trasladado al chalé de Peñarrey donde ayer le encontraron sin vida. Pérez García era un habitual del barrio del Carbayedo, donde le gustaba hacer vida social. Dos de sus amigos colaboraron ayer en la investigación policial.