Svetlana Stoycheva Peeva ha transformado el corsé, una de las prendas más sensuales del vestuario femenino, en una original y llamativa tarta con la que ha obtenido el primer premio del concurso nacional "Expotarta" -en la modalidad de boda- celebrado hace unos días en Madrid. Sobre esta pieza de color blanco perlado, tonalidad dominante en el equipamiento de las novias, la diseñadora de tartas búlgara de nacimiento pero avilesina de corazón por su matrimonio con Bernardo Bascones Álvarez, ha situado un sombrero de copa decorado con un lazo y en cuyo centro figura un camafeo. Ambos elementos se presentan sobre un cofre, igualmente blanco y con remaches dorados y varios sellos impresos. El conjunto se complementa con dos adornos florales y un delicado pañuelo sobre el que se encuentra la llave que supuestamente abre la caja. Todos los elementos que integran este vistoso pastel de bodas son comestibles ya que han sido elaborados íntegramente con azúcar, resalta su creadora.

Originalidad, técnica, diseño, estructura del trabajo o limpieza en la elaboración y montaje de la tarta han sido los aspectos valorados por el jurado del certamen, el más prestigioso de cuantos tienen lugar en el territorio nacional. Al mismo concurrieron más de un centenar de profesionales, alrededor de una treintena en el apartado de tartas de boda. "Había un nivel muy alto", reconoce Svetlana Stoycheva Peeva, que expone con orgullo su dulce elaboración en el escaparate de la tienda que posee en Avilés: "Mi pastelería chiquitita".

Al igual que el resto de sus trabajos, la tarta premiada tiene tras de sí una historia y las piezas que la componen, un significado. Representan el mundo femenino "porque siempre es la mujer la que realiza el encargo de la tarta nupcial", señala la diseñadora al identifica cada objeto con una idea: el corsé acompañado por el sombrero encarna la feminidad y el cofre es el espacio para almacenar las vivencias de la pareja y la maleta que viaja con ellos en su nueva etapa. Esta caja también representa la fragilidad del matrimonio -lleva un sello con la palabra frágil-. La llave, por su parte, abre el camino a un proyecto de vida que comienza su andadura, y las flores, siempre presentes en las celebraciones, máxime en una boda, imprimen alegría.

Con este trabajo, Svetlana Stoycheva Peeva quiso alejarse de la tarta de boda convencional, de varios pisos, y "ofrecer una idea moderna". Consiguió su objetivo. Para ello invirtió muchas horas, reconoce, y hubo de salvar varias dificultades, añade. Esta tarta se convirtió para ella en un reto y su participación en el concurso "sacó lo mejor de mi misma", manifiesta con notable satisfacción, la misma que siente al recibir las felicitaciones de amigos, clientes y cuantas personas anónimas acceden a su negocio atraídos por la singular tarta expuesta y sobre la que recaen las miradas de los viandantes.

La trayectoria profesional como diseñadora de tartas de esta mujer dulce, afable y siempre sonriente va ganando prestigio y reconocimientos, tanto del público que acude a ella en busca de un encargo especial, como de los profesionales que la convocan e invitan a participar en cursos, foros, exposiciones y diferentes eventos relacionados con su actividad: la pastelería creativa.