Abigail Calzada es una avilesina con los pies en la tierra y la cabeza en la Luna. Licenciada en Geología por la Universidad de Oviedo, esta joven de treinta años que sueña con "ver los grandes avances que se esperan en los próximos años en la exploración espacial" cursa en la actualidad su segundo año de doctorado en el Centro de Ciencias Planetarias de Londres, donde investiga sobre meteoritos lunares. Colabora además con el Museo de Historia Natural de la capital de Inglaterra en el análisis geoquímico de dos meteoritos encontrados en la Antártida y cedidos por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, más conocida como NASA.

Calzada cursó la Educación General Básica (EGB) en el colegio San Fernando, la Educación Secundaria Obligatoria en el Instituto de Los Campos (Corvera) y el bachillerato en el Juan Antonio Suanzes. Desde que tiene uso de razón quiso encaminar sus pasos a la ciencia, lo que le llevó a la facultad de Geología de la Universidad de Oviedo. "En el instituto me gustaba mucho la clase de geología y la idea de ser geóloga trabajando en la naturaleza me gustaba. Además la geología te permite viajar mucho y vivir aventuras, siempre me pareció fascinante", argumenta.

Durante la carrera realizó un Erasmus en Vrije Universiteit Amsterdam que le permitió desarrollar un pequeño proyecto en la Agencia Espacial Europea (ESA). Fue entonces cuando comprobó que lo suyo eran las Ciencias Planetarias. "Hice un Máster en la International Space University en Estrasburgo y las prácticas en el Centro Goddard de la NASA en Maryland. Mientras buscaba un doctorado contacté con el que hoy es mi supervisor en el Birkbeck College, en la Universidad de Londres. Mi experiencia en la NASA y en la ESA me ayudó a conseguir este proyecto de doctorado en el Centre for Planetary Sciences, un centro conjunto entre Birkbeck College y la University College London", explica.

Su proyecto consiste en el estudio de meteoritos lunares y en la búsqueda de su región de origen en la superficie lunar. "Todo lo que sabemos sobre la composición de la Luna es gracias a las muestras que se trajeron a la tierra durante los programas Apollo de la NASA y Luna de la URSS. Pero estas muestras sólo representan una pequeña parte de la superficie lunar. Los meteoritos se supone que han sido lanzados desde cualquier parte de la Luna cuando algún proyectil impactó sobre su superficie creado un cráter, así que representan áreas no muestreadas antes. El problema es que no tenemos contexto geológico para los meteoritos. Mi trabajo consiste en descubrir de qué zona fueron lanzados y proveerles de contexto geológico. Así podremos conocer mejor la distribución de la composición y saber algo más sobre la evolución de la Luna", argumenta la avilesina.

La atracción por el espacio le viene prácticamente desde la cuna. El motivo: "Me parece un lugar fascinante, bello y lleno de misterios. Me gusta la aventura de la exploración espacial y descubrir que hay más allá. Aunque también me gusta la Tierra y tratar de conocer su origen y evolución es apasionante", prosigue la investigadora afincada en Londres.

Plaza en la NASA

Una vez finalizado el doctorado, a esta científica avilesina le "gustaría conseguir una plaza postdoctoral en la NASA por un par de años" para después asentarse de forma definitiva en Europa.

El regreso a España, reconoce, "está descartado por ahora". "Aparte del Centro de Astrobiología del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), no hay muchos centros especializados en Ciencias Planetarias. Además, la precaria situación de la investigación y la falta de oportunidades y ofertas de trabajo no ayuda", explica.

Abigail Calzada tiene el sueño profesional de formar parte de los grandes avances futuros en la investigación espacial, "la llegada de pequeños satélites realizados por estudiantes a la Luna y quién sabe si una pequeña colonia al estilo de la base McMurdo de la Antártida en la Luna".