Una carta desvela la amistad entre Joaquín María Ferrer, uno de los fundadores de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) y el pintor Francisco de Goya, cuando ambos estaba exiliados en Francia. El equipo de la empresa Sadim del Grupo Hunosa que gestiona el museo de la Mina de Arnao, Guillermo Laine, director técnico e Iván Muñiz, director cultural, ha dado a conocer una carta escrita en diciembre de 1825 por Goya a Joaquín María Ferrer, uno de los principales socios que fundaron la RCAM. El 30 de abril de 1834, el banquero belga Nicolás Maximiliano Lesoinne y los españoles Joaquín María Ferrer y Cafranga, que había sido diputado en las Cortes de Cádiz y tuvo que exiliarse a Francia tras la restitución en el trono de Fernando VII, y Felipe Riera, firmaron ante notario la constitución de la RCAM.

"La carta que Goya envió a Ferrer durante el exilio (el primero en Burdeos y el segundo en París) fue adquirida por el Museo del Prado en 2009 y figura entre sus fondos. Goya y Ferrer cultivaron su amistad en Francia, donde formaban parte de la colonia de españoles exiliados durante el reinado de Fernando VII. Goya llegó a pintar en 1824 un retrato de Ferrer y otro de su esposa. El de Ferrer, que se conserva en una colección particular, muestra a un personaje más joven y apesadumbrado y está ejecutado con mucho respeto", señalaron Guillermo Laine e Iván Muñiz.

"La carta vuelve a ilustrarnos sobre un período muy importante para Arnao que estamos tratando de descubrir: los años anteriores a la fundación de la mina y el destino de sus protagonistas por entonces. Se une al reciente documento sobre la concesión de la explotación a Juan Biesca en aquella misma época", dijeron. Laine encontró recientemente en el Archivo Histórico de Asturias un documento de gran trascendencia, la licencia concedida en 1828 a Juan Biesca, vecino de Avilés, para la explotación de dos minas de carbón en Arnao.

Guillermo Laine e Iván Muñiz están ampliando los estudios sobre la mina y buceando en los archivos históricos. "Estamos recuperando la memoria de Arnao antes de que se transformase en el Arnao que todos conocemos", explicaron. "En ocasiones únicamente ligamos la memoria de Ferrer a la fundación de Arnao, pero debemos entender que fue un personaje destacadísimo de su época, un hombre de negocios y político de origen vasco que llegó a ocupar cargos ministeriales. Su relación con Goya se enmarca en el plano cultural, puesto que el pintor aragonés comentó con él aspectos de su obra dedicada a estampas de toros, la incapacidad para vender reproducciones de los caprichos, sus pinturas en marfil, como si conversara con un amigo cuya opinión respeta. Esto aumenta también el relieve del proyecto de Arnao en aquella etapa, cuando fue un empeño de personas de enorme influencia", indicó Iván Muñiz.

"Agradézcame usted mucho estas malas letras porque ni vista, ni pulso ni pluma ni tintero, todo me falta y solo la voluntad me sobra, de mes a mes toma la pluma para Paco, que es solo a quien escribo a España. A doña Manuela, no me ocurre expresión que baste como a los señores de Arnao, su señora hijos Sirena su hermana y al pintor mi amigo y a todos los que me han favorecido, acabo con decir que de mi parte de usted y señora, un beso a la hermosa niña y no dice más Francisco de Goya", termina el pintor la carta a su amigo Ferrer que fue presidente del Consejo de Ministros en 1841. "Arnao interesó a figuras sobresalientes y Goya era, sin lugar a dudas, uno de los grandes retratistas de los españoles que despuntaban por entonces. De una forma indirecta, Goya también está en Arnao", concluyeron.