El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) ha recomendado una reducción del 55 por ciento de la pesca de merluza en aguas ibéricas (Golfo de Cádiz, Portugal, Galicia y Cantábrico) en 2015 y del 4 por ciento en los caladeros del norte, como el Gran Sol. Los científicos, en un informe publicado ayer, basan la reducción de las cuotas en el régimen de "rendimiento máximo sostenible" de existencias en el mar -los índices de mortalidad por pesca a niveles que permitan la recuperación de las poblaciones- y afirman, además, que no hay base para clasificar en distinguir entre los recursos de merluza en norte y sur, como se hace habitualmente en la gestión de la pesca de la Unión Europea.

La merluza es la especie de mayor valor comercial para la flota española y, por ese motivo, el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, calificó de "barbaridad" la recomendación de los científicos. Los armadores confían ahora que la Comisión Europea y los países comunitarios no sigan los consejos del CIEM. "Los pescadores nos dicen día a día que hay merluza y, en otras ocasiones, los científicos se han equivocado. Una reducción de capturas en los términos que plantea ese organismo tendría consecuencias socio-económicas brutales para la flota", aseveró Garat.

El secretario general de Cepesca recordó que los planes de recuperación que se están aplicando han dado "frutos" y que cuando ha habido bajadas de los cupos "no han sido tan radicales".

La recomendación del CIEM pasa, en el caso de las capturas en aguas ibéricas, porque la cuota no supere las 8.417 toneladas y, si no varían las tasas de descartes (capturas no deseadas de peces muertos que se tiran al mar), unas descargas de 7.302 toneladas. Eso supondría un recorte del 55 por ciento respecto al Total Admisible de Capturas (TAC) de este año, superior a las 16.200 toneladas, de las que 10.509 corresponden a la flota española.