El objetivo de esta reflexión es analizar, con datos objetivos y no mediante hipótesis, la declaración de Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT) por el que se desregulan obligatoriamente los horarios comerciales. De momento, sólo en Oviedo y Gijón.

En primer lugar, me gustaría poner en evidencia la invasión competencial, ya que el comercio es una competencia exclusiva -no concurrente ni compartida- fijada en el propio Estatuto de Autonomía del Principado. Y esta circunstancia confiere a dicha competencia un sólido carácter jurídico-constitucional, pues hay que recordar que dicho Estatuto posee canon de constitucionalidad.

En segundo lugar, se utiliza el pretexto de que un mayor horario de apertura comercial atraerá más turistas que consumirán más. Es casi pueril señalar que, precisamente, lo que le sobra al turista es tiempo, y que ningún turista decide visitar una ciudad por tener un horario comercial más amplio. Tampoco debería ser necesario explicar la incongruencia que supone la vinculación entre horarios y crecimiento económico referida exclusivamente al comercio, sin extender dicha vinculación al resto de sectores económicos. Porque al igual que fabricar más coches o más bolígrafos no origina un aumento de su demanda, tampoco tener más tiempo abiertos los comercios genera más ventas. Y ha quedado empíricamente demostrado que en las ciudades donde ya se han implantado las ZGAT, ni se han generado más ventas, ni han creado más empleo en el comercio.

En tercer lugar, tampoco tiene sentido el argumento de la mejora de la competencia, puesto que la ZGAT sólo se aplicará en Oviedo y Gijón, pero distorsionará todo el mercado comercial asturiano. Al respecto, es pertinente recordar la puesta en marcha en la Comunidad de Madrid, en 2012, de la Ley de Dinamización de la Actividad Comercial, que no ha producido ningún tipo de "dinamización" ni de mejora de la competencia, propiciando el cierre de muchos cientos de comercios, sustituyendo empleo consolidado e indefinido por empleo precario, eliminando la competencia que supone para las grandes superficies el pequeño comercio y, sobre todo, convirtiendo desde entonces a la Comunidad de Madrid en la que, según registros de afiliación a la seguridad social, más empleo ha destruido en el comercio especializado y autónomo y donde más han disminuido las ventas del comercio minorista según datos del INE.

Y en cuarto lugar, es importante recordar que uno de los principales objetivos de la política es mejorar la vida de los ciudadanos. Pero parece que la intensa relación entre los horarios laborales y la conciliación familiar en el sector comercial, como consecuencia de los interminables horarios o del trabajo en días festivos, no son una prioridad para algunos políticos. Cuestión especialmente lesiva para las mujeres trabajadoras.

En definitiva, una mala noticia para el comercio asturiano, responsable de más del 10 por ciento del PIB regional y del que viven directamente 65.000 familias, pues el decreto disminuye la competencia, degrada la calidad y cantidad del empleo, alarga injusta y abusivamente las jornadas laborales de miles de autónomos y asalariados, y traslada el consumo del pequeño al gran formato comercial, lo que reduce la variedad de oferta y precios al consumidor.

Frente a la imposición de las ZGAT, más de veinte países, encabezados por Canadá, Estados unidos y Alemania, vieron la necesidad de potenciar al pequeño comercio para recuperar las ciudades, creando zonas urbanas de promoción comercial y empresarial, un mecanismo que refuerza al pequeño comercio especializado para evitar la degradación de las áreas comerciales urbanas, lo que ha permitido generar, con éxito, mayor oferta de servicios y productos, mejorar la economía local, crear puestos de trabajo, y ocupar los locales comerciales urbanos. Deberíamos aprender que sólo con la colaboración público-privada y no con la coacción, podremos avanzar. Que sumar es progresar. Que callar es tomar partido. Y que imponer es lo contrario de liberalizar.

Quisiéramos agradecer su respaldo a la opinión pública asturiana, a todos los grupos políticos municipales de Oviedo y Gijón, y a los diputados de la Junta General ya que todos, menos uno que ha guardado silencio, han manifestado públicamente su apoyo y voluntad de colaboración con la gran familia del pequeño comercio asturiano.