Vecinos y visitantes se quejan de la falta de aparcamiento y exigen soluciones al ayuntamiento de Gozón. "Más de una vez he venido con la intención de pasar el día en Luanco y he tenido que volver a Oviedo porque ya estaba cansada de buscar dónde dejar el coche", lamenta María Alonso.
Y es que encontrar aparcamiento en Luanco durante los meses de julio y agosto se convierte en uno de los mayores quebraderos de cabeza de quienes quieren acercarse a pasar un agradable día en la playa. Los coches se amontonan donde pueden tras buscar incansablemente un espacio cerca del arenal. Elena González y Álvaro Ramos son habituales de la playa de Luanco y ya tienen la lección aprendida: "Aparcamos directamente en las afueras siempre, porque por la zona más cercana a la playa es completamente imposible, ya ni siquiera lo intentamos", asegura Ramos.
Rosario Triana, por su parte, recuerda que "hay mucha gente que vive en los barrios y urbanizaciones de las afueras y la única forma que tiene de acudir al pueblo es utilizando el coche. "Si no hay aparcamiento donde dejar el vehículo, la gente no puede bajar y al final se queda en casa. Eso no es beneficioso para la hostelería ni para Luanco", sentencia.
Pero los problemas afectan incluso a los minusválidos. Carlos Rehberger se queja de que "la mayoría de las plazas de minusválidos está ocupada por vehículos que no poseen el certificado de discapacid. Es una vergüenza". Rehberger pide al Ayuntamiento "mano dura" para aplicar "sanciones económicas fuertes", ya que es la única manera de que la gente se lo piense dos veces y no se tome el tema a cachondeo", sentencia indignado. "El problema", explica, "es que a partir de las diez de la noche no hay servicio de policía municipal y la gente no respeta las plazas reservadas para minusválidos".
Las petición más realizada es la de que en verano se permita aparcar en las calles peatonales en las que no haya hostelería. "Hay un problema de base. En verano Luanco está hasta arriba de gente, tanto de veraneantes como personas que vienen únicamente a pasar el día con sus niños o su pareja, pero cada vez hay más zonas peatonales y se eliminan más plazas, con lo que se agranda el problema", explica Aurelio Sáez, natural de de Gijón que lleva más de quince años veraneando en Luanco.
Una de las soluciones que se habían planteado desde el consistorio luanquín era la de implantar una zona azul en las calles cercanas a la zona de la playa. La idea era que el servicio funcionase a través de unas máquinas expendedoras de tiques como ya se hace en Oviedo, Gijón o Avilés, pero con una singularidad: las máquinas se retirarían el 15 de septiembre, una vez finalizado el período veraniego. La propuesta de zona azul no llegó a buen puerto tras reconocer el alcalde, Ramón Artime, que el plan "no estaba bien diseñado porque afectaba a los residentes". Los vecinos son reacios a la implantación del sistema de pago por aparcamiento: "No creo que poner zona azul sea la solución, habría el mismo problema y encima tendríamos que pagar más", señala Jacobo Sáez.
