El avilesino José Manuel Serrano Suárez es un defensor acérrimo de la reutilización y reciclaje de la basura electrónica. "La normativa europea impide exportarla. En vez de destinar ese material a una sociedad gestora de residuos, que lo destruye, puede donarse a través de la Universidad", defiende. Dicho y hecho. Este jefe de ventas de Goldney, empresa de capital británico y español dedicada al suministro de piezas obsoletas, entregó el pasado martes a la Universidad Politécnica de Ingeniería de Gijón cientos de componentes eléctricos y electrónicos por valor de miles de euros. "Me puse en contacto con la Universidad de Oviedo y detecté la falta de material que tienen debido a los recortes. Con lo que les entregamos, los estudiantes (de ingeniería industrial de la rama de electrónica, principalmente) pueden cacharrear", apuntó Serrano, que asegura que esta será la primera de una serie de donaciones. Él es el benefactor tecnológico de la Universidad asturiana.

Serrano Suárez nació en 1982 en Avilés. Se formó en el San Fernando, cursó un ciclo formativo superior de Administración y Finanzas en un centro de estudios de Galiana, y Trabajo Social en Oviedo. A los 22 años, por cuestiones personales, se instaló en Bilbao de forma temporal, "a la aventura". Se define "como un currante" que ha ido subiendo escalones en lo profesional desde el peldaño más bajo. "He trabajado de todo, de camarero, de comercial, de dependiente. Mis padres siempre me enseñaron que todo trabajo curte a una persona y la honra. Y eso es lo que he hecho", relata.

José Manuel Serrano trabajó en las oficinas de Konecta de Avilés durante dieciocho meses. "Me ayudaron mucho a progresar en mi trabajo, sobre todo Vitor Albuerne y Pilar Fernández", especifica. La campaña para la que trabajaba tocó a su fin, y con ella su contrato. Pero no tardó en llegar una nueva oferta de trabajo, esta vez en Madrid, donde sigue desarrollando su profesión en la actualidad. El avilesino es el responsable del departamento de ventas y logísticas de Goldney, una firma mayorista, intermediaria comercial de componentes electrónicos y que localiza piezas descatalogadas. "Somos conseguidores", resume.

En Goldney recalan excedentes obsoletos de otras empresas, tanto componentes eléctricos y electrónicos de segunda mano como material nuevo. La firma coloca en el mercado el material que le interesa, pero parte se queda en el almacén pese a que funciona perfectamente. El avilesino planteó a sus superiores la posibilidad de donar esas piezas que quedan almacenadas como si de un cementerio electrónico se tratara. Y obtuvo el visto bueno de sus superiores tanto en España como en el Reino Unido. Además de la Universidad asturiana se han beneficiado también de su iniciativa la Carlos III y el departamento de Física Aplicada de la Complutense de Madrid. Serrano Suárez anima a que otras empresas sigan ese mismo camino. "¿Quien no ha visto un ordenador junto a un contenedor? Los aparatos y componentes electrónicos se pueden reutilizar, tanto los de segunda mano que funcionan como los que están estropeados", defiende el avilesino.

José Manuel sigue el ejemplo de su padre, trabajador de Asturiana de Zinc fallecido hace cuatro años. "Es la persona que más admiro en el mundo. No era político, ni médico, ni abogado, era un currante que junto a mi madre me dio valores de trabajo, esfuerzo y palabra", dice con emoción. Este avilesino ha encontrado en Madrid la oportunidad que no logró en su tierra. "El salto profesional lo di hace dos años, acabé encontrando la puerta adecuada. Ahora tengo posibilidad de viajar y la oportunidad que nunca tuve en Asturias", concluye este avilesino hincha del Real Oviedo.