La neutralidad de España en la I Guerra Mundial también afectó al país en el ámbito cultural. El escritor llanisco José Ignacio Gracia Noriega habló en la primera conferencia de la mañana en el chalé de La Granda sobre las escasas contribuciones artísticas y literarias que hizo el país a raíz de la Gran Guerra. Para él, la obra principal de ese periodo fue "La medianoche", del escritor gallego Ramón del Valle-Inclán.

"Aquí no corrieron ríos de sangre, sino de tinta", subrayó Gracia Noriega. La población española pronto se dividió en lo que el escritor denomina "aliadófilos", "germanófilos" y neutrales. En el primer grupo destacan nombres como Pérez de Ayala o Valle-Inclán, mientras que entre los partidarios del bando alemán se encontraba Pío Baroja.

Dentro de los que se posicionaron neutrales, Gracia Noriega señaló la importancia de dos premios Nobel: "José Echegaray, de literatura, y Santiago Ramón y Cajal, en el campo de la medicina, no se comprometieron con ninguno de los dos bandos". Citando a Pérez de Ayala, Gracia Noriega concluyó que los españoles "preferían ver los toros desde la barrera".

Sin embargo, esta división se reducía sobre todo al plano intelectual: escritores, profesores, políticos, músicos o pintores. "Esto era una cuestión de la clase media. Yo creo que el pueblo llano seguía yendo a los toros como siempre y no se preocupaba mucho por el desarrollo de estos temas", apuntó el escritor. Las batallas dialécticas se libraban en las ciudades, en los ambientes selectos, como los cafés, las redacciones de los periódicos o los casinos.

"La I Guerra Mundial no fue prolífica en el plano literario en España porque no intervinimos, no estábamos directamente implicados", aseveró Gracia Noriega. El caso de este conflicto bélico poco tiene que ver con la II Guerra Mundial o la guerra civil, temas mucho más explotados por la industria del cine moderno o por los grandes escritores de la época.