Asturias es un ejemplo de suicidio demográfico. Lo dijo ayer en La Granda Alejandro Macarrón, director de la Fundación Renacimiento. "Asturias, por desgracia, es paradigma del suicidio demográfico originado por la falta de nacimientos, ya que es la comunidad autónoma en la que este proceso está más avanzado", afirmó. Y añadió: "Asturias tiene la tasa de natalidad menor de España y el mayor porcentaje de población envejecida".

No obstante, Asturias no es el único territorio al que le duele la demografía. Según afirmó Macarrón, más de la mitad de los países del planeta tienen en la actualidad unos niveles de fecundidad que impiden que se produzca el necesario relevo generacional. Y como este es un fenómeno que no ha tenido precedentes a lo largo de la historia, su evolución es muy difícil de predecir. Es por esto que no existe "unanimidad científica" acerca de las posibles consecuencias de esta realidad. Macarrón, ingeniero y consultor de estrategia empresarial, y director del curso "Cambio demográfico: una preocupación creciente", afirmó: "Cada nueva generación de españoles es un 40 por ciento más reducida que la anterior". No en vano, los datos muestran que en España hay solo dos ciudadanos activos por cada jubilado, cuando la media europea se eleva a tres.

Macarrón Larumbe también hizo hincapié en la necesidad de frenar la caída de la natalidad y de la fecundidad: "Esto es debido a que se ha producido un descenso en los datos de mortalidad infantil y juvenil a la vez que se han acentuado aspectos de antinatalidad de la sociedad", recalcó. Por lo tanto, los papeles se han invertido: "Antes los niños eran el báculo de la vejez y ahora lo es el Estado", subrayó. Para que esta situación pueda remediarse, Macarrón explicó que el primer paso es concienciar a la sociedad: "Hay que fomentar el rejuvenecimiento de la población, ya que así ganamos en expectativas y alegría".

Actualmente, el número de españoles que mueren ya ha superado a la cifra de nacimientos, aunque el equilibrio se mantiene momentáneamente con el impulso de la población inmigrante. Para paliar esta situación, Macarrón sugiere aliviar las cargas fiscales a los padres, además de intentar concienciar a la población desde las elites para conseguir adelantar la edad de concepción del primer hijo. Sin embargo, para el director de Renacimiento Demográfico, las instituciones públicas están lejos de solucionar el problema: "El Estado financia antes el aborto que la natalidad".