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Barco a la deriva frente al faro de Avilés

El arrastrero "Luscinda" quedó sin máquina tras trabarse la hélice con un madero, la corriente lo empotró contra el acantilado y otro pesquero lo rescató sin apenas daños

Un hombre observa la maniobra de rescate, con el "Siempre María" tirando del "Luscinda" por la popa.

Los pescadores y caminantes que frecuentan las piedras de los acantilados ubicados a los pies del faro de Avilés no daban crédito, ayer por la tarde, a lo que veían sus ojos. El "Luscinda", uno de los arrastreros que tienen su base en Avilés, volvía a puerto poco después de las 17.00 horas tras una jornada de pesca y, de repente, se detuvo en seco a la altura de la punta La Forcada. Sin máquina ni gobierno aparente, el barco quedó a merced de las olas y la corriente, que lo pusieron de proa hacia las peñas y empezaron a acercarlo a ellas.

-"Pero ¿dónde vais?" -gritaban desde tierra.

-"¡Estamos sin máquina!" -respondían los marineros.

Y así, en cosa de unos minutos, las más de cien toneladas del "Luscinda" se estamparon contra los peñascos, afortunadamente sin aparentes daños materiales y, desde luego, ningún herido a bordo.

Tras el topetazo, la lancha "Siempre María", con base en Cudillero, se acercó al casco del "Luscinda" para ofrecer su ayuda a los pescadores en apuros. Estos tiraron un cabo y el patrón del "Siempre María" convirtió su embarcación en un improvisado remolcador, consiguiendo sacar a zona segura al "Luscinda" en menos de cinco minutos. Una vez recompuesta del incidente, la tripulación del arrastrero logró arrancar de nuevo las máquinas del buque y reemprender sin mayores contratiempos la travesía hasta la rula avilesina, su punto de destino original, donde luego descargaría las capturas del día para su venta en la lonja.

Un portavoz de la empresa armadora del "Luscinda" explicó a LA NUEVA ESPAÑA que el origen del accidente fue la presencia de un palé, tronco o resto de madera en el agua; la hélice del barco enganchó ese objeto y quedó trabada, lo que a su vez detuvo el motor. Según la misma fuente, el proceso de arranque de las máquinas en un caso como éste no es automático, dado que, entre otros pasos, obliga a resetear equipos informáticos. "Al final, no pasó nada, es una anécdota", señaló el interlocutor, que, no obstante, aprovechó para criticar la abundante presencia de "mierda de todo tipo" flotando en el mar y en especial cerca de la costa, incluso dentro de la ría avilesina. "En vez de perseguir a los pescadores, podían ocuparse de limpiar un poco más para evitar que sucedan percances como el que afectó ayer al 'Luscinda'", declaró el portavoz de la armadora.

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