Los amigos de Noel Iglesias González, el percebero praviano desaparecido el pasado miércoles mientras faenaba en el playón de Bayas (Castrillón), no pierden la esperanza de volver a verle. "Me queda un resquicio pero son ya muchas horas y estos días la mar está muy fastidiada", lamentó su amiga Paz Fernández. La noticia de la búsqueda de Iglesias corrió, ayer, como la pólvora entre sus conocidos. En los locales donde solía parar no había cliente que no preguntara por la tareas de salvamento. "Nos vamos informando entre todos", agregó.

Fernández fue una de las personas a las que la mujer de Iglesias acudió para saber si lo había visto durante la jornada del miércoles tras intentar hablar con él por teléfono y percatarse de que no había ido a la rula de Avilés a vender el percebe.

Saray González destacó el carácter "campechano y agradable" de Iglesias, cualidades que ratificaron otros amigos como Ignacio Gómez: "Noel no se mete nunca con nadie, es muy tranquilo y siempre está de buen humor, con una sonrisa en la cara". Con la voz entrecortada y visiblemente emocionada, Paz Fernández recordaba cómo Iglesias había hecho una mesa, un reloj, varios bancos y había lijado la barra del bar que regenta en la villa: "Puedes contar con él para cualquier cosa que se necesite".

La amiga del desaparecido le define como "encantador, abierto, inteligente y muy sociable. Es lo que se ve, un chico impresionante", dijo con los ojos llorosos. El círculo íntimo de Iglesias está pendiente del rastreo en Deva para recibir a su amigo con los brazos abiertos: "No se merece esto, sólo quería sacar adelante a su familia", concluyó Fernández.