El sufrimiento irrita, especialmente en los servicios de urgencias. Por eso fueron ayer los familiares de algunos pacientes del San Agustín los que alzaron la voz después de soportar esperas de hasta diez horas -en casos puntuales fueron de un día completo- por la falta de camas libres en las unidades de hospitalización. "Llama la atención la falta de personal", criticó el acompañante de un paciente que acudió con un trombo (coágulo sanguíneo) en una pierna el domingo por la tarde a urgencias. Este enfermo aguardaba ayer a mediodía por un hueco en una planta del complejo sanitario. A su lado, precisó su familiar, otros muchos pacientes demandaban asistencia rápida y eficaz.
En urgencias todos los pacientes exigen atención preferente, y habitualmente espera más tiempo quien presenta cuadros clínicos más leves. Raras veces los enfermos deben permanecer en las salas de espera más de tres horas y media para ser vistos por un médico. Pero a lo largo del pasado fin de semana el Hospital San Agustín se colapsó. La demanda superó la oferta, y eso repercutió en el servicio de urgencias donde los pacientes debieron aguardar como buenamente pudieron por camas libres en boxes desdoblados o en sillas en los pasillos. La situación llegó a tal punto que la dirección del centro que encabeza Begoña Martínez Argüelles decidió abrir ayer por la tarde una planta de hospitalización que permanecía cerrada, la quinta norte, dotada con 34 camas.
"El problema es que no hay personal suficiente para asumir el aumento de la demanda", manifestó un representante del sindicato Sicepa-Usipa, que agregó: "De ahí las esperas de los pacientísimos que acuden a urgencias y están veinticuatro horas o más esperando cama... Nada de esto es nuevo pero debería solucionarse de una vez por todas con un plan de contingencia que supongo que existe pero que nunca se lleva a la práctica".
Las enfermeras vinculadas al sindicato Satse también criticaron la situación laboral que atraviesan: "La apertura hace unos días de la sexta planta fue una solución a medias porque dicha unidad se abre por unos días pensando siempre en cerrarla nada más que puedan reubicar en otro lugar a los pacientes ingresados en ella", explicaron. Las afectadas destacaron que la actividad en el San Agustín es "frenética e insostenible". "urgencias estaba esta mañana (por ayer) a tope con los boxes de uso individual desdoblados y once ingresos pendientes de traslado a planta. Había además otros nueve pacientes en observación con enfermos en sillas en los pasillos", precisaron. Los pacientes y sus acompañantes en el servicio de urgencias urgieron entre tanto soluciones.
Los profesionales del servicio de urgencias atienden, de media, a 180 pacientes al día, aunque los "picos" alcanzan los 260 enfermos por jornada. El 40 por ciento de los enfermos que acuden a urgencias lo hace con patologías leves o menores que podrían ser tratadas por un médico de familia. Tres de cada diez pacientes lo hacen con enfermedades "de gravedad media" y un 13 por ciento entra en estado grave. La atención más o menos rápida depende en cualquier caso de las patologías que presentan los pacientes, y estos días predominan las enfermedades respiratorias.
