Javier Penacho fue uno de los ejecutivos más importantes del sector energético de España. Actualmente está jubilado, pero se mantiene al día del devenir de la luz en el país y, sobremanera, de la situación que se ha generado tras la subasta de interrumpibilidad celebrada la semana pasada en Madrid y que ha dejado a la empresa Alcoa a los pies de los caballos tras no haber alcanzado un precio competitivo para la energía que consume. Esta situación ha puesto a temblar a más de mil familias (entre las de Avilés y las de La Coruña). Amenaza cierre.
"La interrumpibilidad se explica más o menos como el dinero que recibe una fábrica por ceder su potencia a la Red Eléctrica", explicó Penacho. Lo que se ha subastado, entonces, es el bonus que va a recibir una empresa para que el Estado pueda reconducir la energía donde falta. "Esto de la interrumpibilidad viene de los años 80". "Llega la Unión Europea (UE) y entonces tenemos que escapar de los aranceles y ayudas que tenían las empresas. Comenzó entonces una tarifa por módulos", continuó Penacho. "Me pasé años en Francia, en Inglaterra, Italia... para ver cómo se pagaba en esos países la energía", añadió el experto. "Pero entonces había problemas de potencia eléctrica y, por eso, se firmó un pacto entre las compañías y el Gobierno: algunas veces voy a necesitar que pares de consumir. ¿Qué me das a cambio?". Penacho entiende que aquel pacto de los años 80 benefició al Estado y también a las empresas. "No se trataba, ni mucho menos, de una subvención estatal porque el Estado podía atender mejor las necesidades", explicó el experto. "Lo que sucede ahora es que no hay problemas de potencia", señaló Penacho. "Pero las empresas siguen dependiendo de la factura eléctrica. Debemos ir a un sistema negociado y razonado", concluyó.
