La multinacional Arcelor-Mittal entonó el "mea culpa": el vertido de aguas amoniacales que afectó ayer a la ría de Avilés fue consecuencia, explicaron fuentes de la empresa, de la rotura de una manguera que se produjo en la madrugada del lunes, alrededor de la una y media. Aunque pronto se bloqueó el tubo y se aisló el colector utilizado para el tránsito de dichas aguas, ubicado a la altura del puente de la arteria del puerto, a primera hora de la mañana de ayer y por influencia de las mareas el vertido salió a la luz afectando al tramo alto de la ría entre el puente de San Sebastián y el Hospitalillo, que distan aproximadamente un kilómetro.

El vertido causó importantes manchas de color blanquecino y dejó un fuerte olor en el ambiente, que alarmó a los paseantes, que se quejaron de sequedad en la boca. Desde la empresa precisaron que no se había identificado "ningún impacto negativo sobre el medio ambiente". Responsables del Ayuntamiento de Avilés, con la alcaldesa Pilar Varela al frente y de la consejería de Medio Ambiente urgieron entre tanto soluciones a la siderúrgica, que contrató a una empresa especializada que a mediodía colocó sendas barreras de contención para evitar el avance del derrame entre los puentes de San Sebastián y Azud. Aunque el grueso del vertido ya ha sido eliminado, un portavoz de Arcelor-Mittal destacó que hoy se limpiarán los restos de aguas amoniacales existentes en la escollera de la ría.

Investigación

El Gobierno regional investiga ahora dicho vertido y ya ha anunciado que incoará el correspondiente expediente sancionador a Arcelor-Mittal cuando disponga de la información necesaria. De las pesquisas realizadas por el Principado hasta el momento se desprende que el vertido que afectó a la ría y del que se han tomado muestras es de aguas amoniacales que llegaron a la ría a través de la red de drenaje de aguas pluviales "y que en ningún caso deberían haber llegado al exterior de la planta sin tratamiento". Luis Ramón Fernández Huerga, como concejal de Servicios Urbanos, respaldó por su parte el anuncio de la consejería de abrir un expediente sancionador a Arcelor. La administración ya expedientó a Arcelor en 2007 por el vertido de unas siete toneladas de alquitrán a la ría. "Vertidos de este tipo no deberían producirse y reclamamos a la empresa que extreme las precauciones, las medidas de control y vele por el buen mantenimiento de sus instalaciones para evitar costes medioambientales como este derivados de la actividad industrial", subrayó.

El Colectivo Ecologista de Avilés criticó, a su vez, este vertido "que se suma a la lista interminable de episodios contaminantes que acaban en la ría de Avilés". El portavoz de este colectivo, Fructuoso Pontigo, destacó que una vez que entre en funcionamiento el emisario submarino todas las sustancias contaminantes "irán sin tratamiento alguno al mar". "Está claro que las administraciones son incapaces de frenar los continuos vertidos industriales a la ría de Avilés porque tienen miedo a las empresas, que utilizan el cierre como una amenaza continua", sentenció. Pontigo consideró que el vertido de aguas amoniacales a la ría supone "un claro delito".