Las condiciones de la segunda subasta eléctrica para grandes consumidores, que se celebrará en Zaragoza los próximos días 22 y 23, no despejan las dudas sobre el futuro de Alcoa en Avilés. El devenir del sector aluminero depende de que la multinacional estadounidense obtenga en esa puja los lotes de energía interrumpible (la que lleva asociada un pago a las industrias por interrumpir o cesar el consumo en caso de emergencia) que necesita para mantener productivas las factorías de Avilés y La Coruña. Pero la resolución que publicó ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE) sobre la subasta poca luz aporta a si los condicionantes atienden a las necesidades de la multinacional. La compañía sostiene que está "analizando en detalle el contenido de la resolución desde el punto de vista técnico y jurídico" y que comunicará su postura sobre la segunda puja "tan pronto como tome una decisión". Y el comité de la fábrica opina que "la pelota está ahora en el tejado de Alcoa" y exige a la multinacional "que acuda a la subasta y puje".

La de la próxima semana serán varias subastas en una, según se desprende del BOE. Habrá varias convocatorias de subastas de producto (se desconoce el número total) y en cada una de ellas se ofertarán 50 bloques de 5 megavatios. Pero las bases, por cuestiones de "confidencialidad", no reflejan el número total de megavatios por el que podrán pujar las posibles adjudicatarias, como Alcoa, si bien el Ministro de Industria señaló en varias ocasiones que se repartirán los cerca de 200 millones de euros que el Gobierno tenía pensado "ahorrar" en interrumpibilidad para 2015. Lo que sí ha trascendido es el precio de salida de cada megavatio: 195.000 euros (los escalones de bajada para las pujas será de 1.000 euros por megavatio). En la subasta del pasado noviembre, la puja empezó en 260.000 euros, un 25 por ciento más que el precio de salida de la nueva puja.

¿Y esas condiciones despejan el futuro de Alcoa en Avilés? La gran pregunta sigue sin respuesta, según fuentes sindicales y empresariales. La fábrica obtuvo por interrumpibilidad en 2014 cerca de 28 millones de euros y la calculadora no resulta suficiente para estimar si la segunda subasta permitirá a Alcoa acercarse a esta suma dadas las incógnitas de la convocatoria por cuestiones de "confidencialidad".

El mensaje de la compañía es plano: "La empresa está analizando en detalle el contenido de la resolución. Tan pronto como tome una decisión (sobre su postura ante la puja) lo comunicará. Tenemos que analizar hasta qué punto puede obtener los servicios de interrumpibilidad suficientes para que las plantas (de Avilés y La Coruña) sean viables", manifestó ayer una portavoz.

Desde el comité de empresa, son contundentes: "El primer paso es la celebración de la segunda subasta. Alcoa no tiene ahora disculpa: tiene que presentarse y hacerse con la energía que precisa para continuar con la producción. No ha lugar al ERE que puso sobre la mesa la empresa porque el proceso de adjudicación de paquetes (eléctricos) no ha finalizado", apuntó el presidente del comité, Daniel Cuartas (UGT). En la misma línea fueron las valoraciones del resto de portavoces sindicales. "Hay una segunda subasta. Que la empresa vaya y puje", señaló José Manuel Gómez de la Uz (CC OO). "Lo cierto es que la norma no refleja cuántas empresas van a pujar, ni la partida presupuestaria; no es clara en términos generales. Esperamos la respuesta de la compañía, que está analizándola. Lo que es seguro es que los representantes de los trabajadores lucharemos para que puje, sea cuales sean las condiciones", aseveró Hugo Rodríguez (USO).

Los representantes de la plantilla solicitaron una reunión urgente con la dirección de Alcoa en España para conocer su postura. "Desde la empresa nos aseguran que nos convocarán antes del lunes, día de la subasta y jornada en la que habrá una nueva reunión para la negociación del ERE", señalaron fuentes sindicales. Los representantes sindicales avilesinos volverán a pedir la retirada de los despidos.

La aluminera no es la única compañía que resultó damnificada en la primera convocatoria, en la que 26 compañías se quedaron sin bonus eléctricos para 2015 y otras no se llevaron todos los que querían.