El presidente del PP de Avilés, Joaquín Aréstegui, reclamó ayer a la multinacional Alcoa que, ahora que pasó la amenaza de cierre para el próximo año, ponga sus cartas encima de la mesa y empiece a negociar ya una solución definitiva al problema energético. "Es muy peligroso si Alcoa no está pensando en competir mejor sino sólo en ahorrar costes: eso no tiene mucho futuro y es una política lamentable de la empresa. Alcoa estuvo utilizando a los trabajadores como escudos humanos, en vez de explicar cuáles son sus pretensiones de futuro", apuntó Aréstegui. El dirigente popular pidió a Alcoa que deje de tener en vilo a los trabajadores y aclare cuáles son sus planes, si invertirá en modernizarse o si pretende quedar abocada a pugnar todos los años para abaratar los costes eléctricos.

También la diputada nacional Carmen Rodríguez Maniega defendió esta tesis, tras mostrar su satisfacción por la retirada del ERE de Alcoa tras la segunda subasta energética. "Y eso que los agoreros apocalípticos auguraban el final del aluminio avilesino", criticó. Además subrayó el papel jugado por el PP de Avilés, de Asturias y de Galicia, para conseguir la segunda subasta energética. "El 17 de diciembre el Ministro anunció la segunda subasta. Parecía el principio de la solución, pero aún entonces hubo quien continuó sembrando la incertidumbre, perjudicando a los trabajadores y a Avilés".

Maniega afirmó que el problema no había sido la subasta, sino la política empresarial de Alcoa. "Habría que preguntarse por qué en la segunda subasta hubo solución y en la primera no. La política de la empresa pesó más que la política energética". La diputada concluyó: "Nos gustaría que hubiera una solución definitiva, y por eso el PP se ofrece a la empresa y a los trabajadores para lograr una solución consensuada, que digan en qué marco se sentirían cómodos para negociar".