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Las fibras artificiales que cambiaron el mundo

La multinacional Du Pont, con fábrica en Tamón, inventó hace 80 años el nailon y celebra las bodas de oro del kevlar, esencial para chalecos antibalas y trajes espaciales

Sobre estas líneas, Stephanie Kwolek, la inventora del kevlar, cuyo 50.º aniversario se celebra en la ciudad de Aspen, Colorado.

El gigante químico Du Pont, con factorías en el valle de Tamón, tiene en su haber la revolución del mundo textil con su conquista de las fibras artificiales. La firma estadounidense es famosa por haber desarrollado materiales tan conocidos como el vespel, el neopreno, el nailon, la licra, el plexiglás, teflón, kevlar, el nomex, el tyvek, sontara y el corian. Du Pont celebra este año varios de sus hitos sintéticos. La compañía conmemora los 80 años de la invención del nailon, que permitió la confección de una de las prendas básicas en el armario femenino, las medias, que llegó a patentar. Y también festeja los 50 años del lanzamiento del kevlar, una poliamida con una ligereza y resistencia extrema que hacen a esta fibra famosa por su uso en los chalecos antibalas.

Las celebraciones con motivo de las bodas de oro de kevlar comenzaron este fin de semana en la ciudad de Aspen, en el estado de Colorado, con la celebración de los Juegos Extremos, en los que los deportistas usan esquíes, tablas de snow y cascos hechos con kevlar, material cinco veces más resistente que el acero en igualdad de peso.

La invención del nailon revolución el sector textil y el mundo de la moda. "Fuerte como el acero, fino como una tela de araña", era el reclamo publicitario con el que llegó el nailon por primera vez a las tiendas en forma de medias a los escaparates neoyorquinos. Y la síntesis del kevlar se tradujo en otra revolución, la de las prendas utilizadas para la protección del cuerpo, como las del ejército y las fuerzas de seguridad. Su inventora fue Stephanie Kwolek, fallecida el año pasado en Talleyville, Delaware, tras una breve enfermedad. "Su síntesis del primer polímero de cristal líquido y la invención del kevlar fueron los hitos de una carrera distinguida. Stephanie Kwolek fue una química creativa y una verdadera pionera para las mujeres de la ciencia", dijo sobre la inventora con motivo de su fallecimiento la presidenta de Du Pont, Ellen Kullman.

El kevlar es la fibra que se utiliza para la fabricación, entre otros productos, de los chalecos antibalas, tablas de surf, cascos de motoristas y de pilotos de Fórmula 1 o incluso para la confección de trajes espaciales.

La multinacional, asentada en Asturias desde hace 25 años, no produce kevlar, pero la factoría del valle de Tamón es de las más importantes de Du Pont en el mundo en fabricación de nomex, un material resistente al fuego que la multinacional desarrolló en 1960 y que comercializó en 1967. El nomex y el kevlar se mezclan en algunas aplicaciones y su combinación se traduce en la fabricación y confección de artículos o prendas irrompibles hasta en contacto con el fuego, incluso frente a temperaturas extremadamente elevadas.

Ambos productos (kevlar y nomex) tienen la propiedad de fundir a temperaturas muy altas por lo que se utilizan para hacer frente a la resistencia al fuego. nomex ofrece una protección extraordinaria ante la llama pero requiere refuerzo para asegurar la resistencia mecánica (meta-aramida) que impida el desgarro de las prendas. "Es aquí donde entra en juego kevlar (para-aramida, enlace extremadamente fuerte) que se añade a las prendas de nomex en una proporción determinada (puede ir desde un 3% hasta un 57% ) para darles esa resistencia mecánica y que no rompan en contacto con el fuego", explicaron fuentes de la multinacional.

Existe un buen número de usuarios de estas prendas en España: desde Repsol, Cepsa o Iberdrola, hasta cualquier parque de bomberos, pasando por los ejércitos (tierra, mar y aire), y fuerzas de seguridad como los Mossos y la Ertzaintza. Y es que el kevlar, en combinación con nomex, es utilizado en una gran gama de productos en la actualidad. Entre ellos, la suma de ambas fibras se aplica en los chalecos y cascos antibalas (en 2014 se alcanzó la cifra de un millón de chalecos kevlar), en el desarrollo de cables ópticos, cordones para escalar, llantas, algunas piezas de los aviones, canoas, raquetas de tenis, velas de windsurf y en la equipación de los Tedax (expertos en desactivación de explosivos), entre otras muchas aplicaciones. La vinculación entre la fibra kevlar y los cuerpos de seguridad es tal que existe hasta un Club de supervivientes que salvaron su vida gracias a este producto (los cascos de kevlar, por ejemplo, son más resistentes a los fragmentos de metralla que los de acero). El Club de Supervivientes kevlar, una alianza entre Du Pont y la Asociación Internacional de Jefes de Policía, ha documentado al menos 3.200 vidas salvadas gracias al uso de la fibra inventada por la científica Stephanie Kwolek.

El complejo industrial de Du Pont en Asturias alberga las fábricas de nomex, ICL (planta de isocloruro de isoftaloilo, que abastece de materia prima a la fábrica de nomex) y productos fitosanitarios (fábrica para la protección de cultivos que produce cincuenta referencias diferentes). En el valle de Tamón también está asentada la planta de Sontara (tejido que tiene aplicaciones en productos de limpieza, la industria agroalimentaria y la de la automoción), pero pasó el 1 de septiembre del año pasado a manos del grupo suizo Jacob Holm.

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