Antonio S. M., el hombre que se cortó un dedo con un hacha en el Ayuntamiento de Avilés en 2011, volvió a repetir ayer su acción de automutilación. Fue en el mismo umbral de la Jefatura de la Policía Local, cinco minutos antes de las nueve de la mañana, una hora después de haber sido detenido como presunto autor de un delito contra la seguridad vial.

El corte de ayer -el dedo pulgar de la mano izquierda- no fue tan certero como el de 2011, el que se autopropinó en el Ayuntamiento porque quería que se acelerara la licencia de apertura de su bar del barrio de Sabugo. El dedo cortado, esta vez, quedó colgando. Decidió no aceptar los primeros auxilios que los agentes de la Policía Local le habían ofrecido ni tampoco los de los médicos de la UVI que se acercó al lugar de los hechos, aunque sí recibió de estos unas primeras curas. En todo caso, solicitó su alta voluntaria y dejó la calle José Cueto caminando, con la mano vendada. Posteriormente, fue ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde se tratará de instaurar el dedo tajado.

Los hechos comenzaron cuando los agentes de la Policía Local le denunciaron administrativamente por exceder el horario de apertura de su local -en la misma calle del que reclamó con sangre su licencia de apertura, aunque ahora está cerrado-. Posteriormente, a las 7.15 horas, fue detenido porque otros agentes observaron "conducción anómala" por la avenida de San Agustín. De hecho, "conducía dando frenazos y acelerones y dando los intermitentes sin cambiar de dirección". Se le hizo una prueba de alcoholemia y dio positivo. Además, se le incautó droga.

Poco después de dejar la Jefatura -llamando "sinvergüenzas" a los policías- regresó armado con un hacha. Llamó al timbre del cuartel y sin mediar palabra se puso de rodillas y se dio un tajo en el dedo. Antonio S.M. fue puesto en libertad y ahora está pendiente de juicio.