Medio centenar de personas se congregaron ayer por la mañana en las marismas de Maqua y tras una gran pancarta que reivindicaba la recuperación de este espacio natural arrancaron varios de los plumeros de las pampas que invaden el solar. Con dicho acto simbólico en la víspera del Día Mundial de los Humedales que se celebra hoy, la plataforma por la restauración de esta ciénaga reivindicaba el inicio de unas obras que llevan años demandando. Asimismo, los asistentes respaldaron el proyecto con sus firmas. Acudieron representantes de una veintena de asociaciones de diversa índole y personas a título individual que quisieron sumarse al encuentro, así como vecinos del pueblo de Zeluán.

La propuesta por solicitar firmemente la restauración de las marismas surgió hace cuatro años cuando el grupo de ornitología Mavea se puso en contacto con diversos colectivos de la región, entre ellos las asociaciones ecologistas de Asturias y los grupos políticos de Avilés y Gozón.

El objetivo de quienes apoyan esta acción es recuperar una zona degradada, llena de plantas invasoras y sin ningún uso, para transformarla en una marismeña, de alto valor ecológico, que se comunique y se complemente con el monumento natural de la ensenada de Llodero.

A través de la excavación con medios mecánicos, el proyecto plantea conseguir un espacio intermareal principal, comunicado con la ensenada a través de varios conductos que pasarían bajo la actual carretera que conduce a la península de Nieva, según se desprende del informe realizado para tal efecto. Este espacio se comunicaría con el río Vioño, a través de varios canales abiertos a lo largo de su cauce, de manera que se obtendría un espacio de agua salobre, especialmente rico por la variedad y cantidad de organismos animales y vegetales que albergaría, recoge el estudio. Una buena parte del cauce del río Vioño se derivaría hacia la marisma, quedando el actual canal con la otra parte del cauce y sirviendo además de aliviadero ante grandes avenidas. La tercera zona de interés en este espacio es una laguna de agua dulce, en la parte más lejana a la ensenada. Esta charca recogería las aguas del arroyo que baja del pueblo de Llodero y podría recoger aguas recicladas por la depuradora de las inmediaciones.