Las cámaras fotográficas que retratan a los coches cuyos conductores se saltan los semáforos reguladores del tráfico instalados en la plaza de los Oficios (la principal puerta de entrada y salida de Avilés por carretera) podrían dejar de funcionar a partir de abril, cuando entre en servicio la gran rotonda distribuidora del tráfico que está construyendo el Ayuntamiento de Avilés en la zona. La utilidad de los "fotorrojos", como son conocidos estos dispositivos, que proporcionan pruebas fotográficas para multar a los conductores que pasan en rojo por el cruce de los Oficios será objeto de revisión por parte de los servicios técnicos municipales y los expertos municipales en circulación vial, según adelantó ayer el concejal responsable del área de tráfico, Pedro García.
El edil asegura que aún no hay una decisión tomada al respecto y que serán las conclusiones que se obtengan del análisis de las nuevas condiciones de circulación en ese punto las que determinen el futuro de los "fotorrojos". Así mismo, el concejal aclaró que los dispositivos están fuera de servicio estos días debido a las obras de construcción de la rotonda, unos trabajos que han alterado las condiciones del tráfico y generan retenciones.
La plaza de los Oficios es uno de los puntos de Avilés más conflictivos desde el punto de vista del tráfico; soporta el paso diario de más de 25.000 vehículos, lo que equivale a más de 9 millones al año. Los "fotorrojos" instalados en 2009 para reducir la siniestralidad en un cruce donde confluyen seis viales "cazaron" sólo en su primer año de funcionamiento a casi 2.500 conductores saltándose la luz roja de los semáforos; la sanción por esta falta es de 200 euros de multa y la retirada de cuatro puntos del carné de conducir. La novedad que supuso en Avilés este instrumento de control del tráfico fue motivo de enfado para los conductores, que cuestionaron su presunta vocación recaudatoria.
El proyecto en marcha para construir una rotonda que dé fluidez al tráfico en la puerta de la Villa tiene como fecha de entrega el 31 de marzo y los responsables municipales confían en que reste peligrosidad al paso de los vehículos por los Oficios. No obstante se mantendrán varios de los semáforos actuales para regular el acceso de los vehículos a la glorieta, y ahí es precisamente donde radica la duda de si mantener operativos los "fotorrojos" -como de hecho ocurre en Oviedo en el acceso a la ciudad por la "Y"- o retirarlos por falta de utilidad.
El avance de las obras de construcción de la futura glorieta que cambiará la forma de circular en coche por la plaza de los Oficios motiva, por otra parte, cierta suspicacia de los conductores -en especial los que se dedican profesionalmente al volante-, que se preguntan si el ancho final de los carriles de la rotonda coincidirá con el habilitado estos días de forma provisional y que se antoja estrecho para el paso seguro de los vehículos, y más si éstos son de grandes dimensiones o articulados (como los autobuses urbanos).
En este sentido el concejal de Obras de Avilés, Luis Ramón Fernández Huerga, a quien le picó esa misma curiosidad hace unos días al ver in situ la estrechez de los carriles de la rotonda aseguró que, consultados los servicios técnicos, nada hace temer apreturas circulatorias en el futuro. La glorieta de los Oficios tendrá dos carriles de 4,5 metros de anchura, más dos carriles de resguardo de un metro cada uno y un quinto (interior y no pisable) de un metro. Para hacerse una idea, la cercana rotonda de Los Canapés tiene sendos carriles circulatorios de 4,6 metros y otros dos de resguardo de un metro de anchura. Eso sí, esta segunda rotonda tiene siete metros más de diámetro (38 metros) que la futura de los Oficios.
