El joven para el que la Fiscalía pide tres años de cárcel por circular en un ciclomotor de forma temeraria, bajo los efectos de drogas (cannabis) y por agredir a un Policía Local de Avilés reconoció ayer en el juicio que huyó de la patrulla policial que le dio el alto el 30 de mayo de 2012 porque circulaba en un vehículo que le habían prestado pese a no tener permiso de circulación. "No paré porque no tenía carné", dijo el acusado en la vista, que se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés.

El joven, que llamó la atención policial porque circulaba en una moto que llevaba el tubo de escape atado con una cuerda, reconoció que huyó de las fuerzas de seguridad desde la avenida San Agustín de Avilés hasta Corvera (un recorrido de unos seis kilómetros) de forma temeraria. Así, confirmó haberse saltado varios semáforos, un stop, haber adelantado a vehículos por el lado contrario y circulado a una velocidad indebida ("Iba a lo que daba"), dijo.

Las acusaciones sostienen que ya en suelo corverano, el acusado perdió el control del ciclomotor y se cayó. Prosiguen que el vehículo policial que perseguía al imputado, "para evitar arrollarlo, se vio obligado a realizar una maniobra evasiva en la que perdió el control y colisionó a su vez con otro coche aparcado" (un agente que viajaba en el vehículo sufrió lesiones en el hombro izquierdo). También sostienen que el joven "se dio a la fuga por una zona de matorral, donde fue localizado por el policía lesionado", al que ofreció "una gran resistencia".

El acusado, en cambio, aseveró en el juicio que se cayó del ciclomotor porque el vehículo policial que le perseguía chocó contra la moto. "Me dieron por detrás y salí volando, hasta caer sobre el capó de un coche. Salí corriendo por una zona de monte y una chavala (en referencia a una policía local de Avilés) me cogió. Me tiré al suelo y dije que no tenía carné de conducir. No ofrecí para nada resistencia", explicó el acusado. El policía herido, en cambio, sostiene que fue él quien detuvo al ahora imputado, al que también acusan de circular bajo los efectos de las drogas. El procesado dijo que había fumado "unos porros" la noche anterior, antes de acostarse.

La Fiscalía y la acusación particular atribuyen al joven tres delitos contra la seguridad vial y otro de atentado relacionado con un delito de lesiones. La acusación pública solicita tres años de prisión, el pago de multas por valor de 5.760 euros y de una indemnización de 3.300 euros al agente herido. La acusación particular, que ejerce José Ramón Nistal, eleva a cuatro años la pena de cárcel. La defensa, a cargo de Juan Manuel Carré, reconoce la conducción temeraria y solicita para su cliente cuatro meses de prisión y trabajos en beneficio de la comunidad.