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Gozón

Tributo secular al benefactor de Luanco

La estatua en honor de Mariano Suárez Pola, impulsor de la construcción del instituto, cumple en agosto cien años desde su instalación en el campo de la iglesia

Ambiente tras el descubrimiento de la estatua en 1915. FOTO DE EDUARDO BOSQUET CEDIDA POR LUCÍA FANDOS

La estatua en honor a Mariano Suárez Pola (Luanco, 1800 - Madrid, 1884), fundador e impulsor del instituto de Luanco, cumplirá el próximo mes de agosto sus primeros años cien de vida. La figura ubicada sobre un pedestal se halla actualmente en la plaza de la Villa; sin embargo, ese no fue su lugar original ya que hasta 1967 estuvo situada en el campo de la iglesia. El motivo de su traslado coincidió con la inauguración de la, por aquel entonces, nueva Casa Consistorial. Mariano Suárez Pola fue quizá uno de los personas más importantes y queridos de la historia de Luanco. Este gozoniego emigró a Cuba en los primeros años del siglo XIX para posteriormente regresar en 1840 y activar la economía local con la fundación de varias empresas, tanto en Luanco como en Gijón, como la fábrica de loza La Asturiana y la de aglomerados Pola y Gilhou. En 1870 construyó el actual instituto de Luanco e impulsó la educación en el municipio "para que ningún crío se quedara sin estudiar", indica la investigadora, Lucía Fandos.

Los vecinos de Luanco quizá nunca pudieron agradecer en vida el interés que Mariano Suárez Pola puso en su pueblo. "Pese a que ya habían pasado treinta años de su muerte, los vecinos querían mostrar el cariño y admiración que tenían por él", señala Fandos. En 1911, los vecinos, la Corporación, el Ateneo obrero y los pescadores colocan una lápida en su memoria en su casa natal que reza: "Aquí nació y vivió el bienhechor de Luanco, Excmo sr. Mariano Suárez Pola, de eterno recuerdo para los hijos de Gozón". El descubrimiento de esta placa congregó a decenas de vecinos que querían expresar su cariño al fundador del instituto.

La idea de construir una estatua en honor de Mariano Súarez Pola comenzó a fraguarse a finales del siglo XIX, poco después de su muerte a propuesta de José María Miranda y coincidiendo con el inicio de las clases de la carrera de Náutica y Comercio en el instituto.

En un principio, el alto coste de la estatua, que rondaba las 10.000 pesetas de entonces, hizo retrasar su instalación. En 1908 se retomó el proyecto gracias a una suscripción popular y a la inversión de 1.000 pesetas que corrió a cargo del Ateneo Obrero de Luanco. Los gozoniegos que en aquella época residían en Cuba aportaron su granito de arena y también las fuerzas vivas del pueblo. Una vez reunido el dinero, comenzaron a surgir otros problemas como, por ejemplo, cuál sería su ubicación y qué día sería el más propicio para su inauguración.

Entre dimes y diretes, pasaron tres años hasta que colocaron la estatua de bronce confeccionada en unos talleres de Barcelona. Definitivamente, los vecinos acordaron que el lugar idóneo sería el campo de la iglesia y allí se colocó el 8 de agosto de 1915. Entre las opciones que se barajaban estaba la plaza del Doctor Cors o junto a la Torre del Reloj, entre otros lugares.

El acto de descubrimiento de la estatua al "bienhechor de Luanco" congregó a cientos de personas, ricos y pobres, pescadores y conserveras, que querían agradecer a Suárez Pola su lucha contra el analfabetismo en Luanco. "Todos los discursos que se hicieron ese día insistieron en agradecer a Mariano Suárez Pola todo el bien que hizo por el pueblo", relata Lucía Fandos.

Tras años y años en el campo de la iglesia, algunos vecinos no estaban convencidos de que ese lugar fuese el más adecuado para mantener la estatua. De hecho, se pensó en trasladar al parque Zapardel en los años veinte del siglo XX. Tras décadas de debate, en los cincuenta se confirmó que se llevaría a la plaza de la Villa, frente al instituto que ordenó construir a mediados del siglo XIX.

En 1967, coincidiendo con la inauguración del entonces nuevo consistorio, hoy desaparecido, se trasladó. "Actualmente, la estatua está un poco desatendida, necesita más limpieza y como propuesta, creo que debería reorientarse y ubicarse en el centro de la plaza y no a un lado como está ahora", señala Lucía Fandos, que apunta además que pese a los años que han pasado desde el fallecimiento de Mariano Suárez Pola, la historia de este luanquín se mantiene viva incluso en canciones populares como aquella que dice: "Mariano Suárez Pola eres el fato mayor...".

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