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Colón atraca en el Marítimo

El centro museístico luanquín inaugura una exposición sobre el descubrimiento de América, que incluye varios paneles y un barco de 14 metros de eslora

José Ramón García, durante la visita guiada, a la derecha, la reproducción de "La Pinta". RICARDO SOLÍS

Cristóbal Colón atracó ayer en la segunda planta del Museo Marítimo de Asturias y llegó para quedarse, al menos, hasta que finalice el año. Lo hizo en una reproducción de "La Pinta" de 14 metros de eslora, una de las embarcaciones con las que en 1492 descubrió América. José Ramón García, director del centro, lo recibió con los brazos abiertos y comenzó a contar la travesía que dio lugar a conocer el nuevo continente. García se detuvo en los paneles que conforman la exposición "¡Tierra!", en recuerdo de las palabras pronunciadas por Rodrigo de Triana al ver desde su embarcación la orilla de tierras americanas a finales del siglo XV.

"Colón era peculiar, tuvo una idea descabellada, algo impensable y emprendió un viaje sin saber dónde iba, fue una aventura sin retorno sin agua ni víveres", relató García. La tripulación de "La Pinta", "La Niña" y "La Santa María" se dirigía en dirección a las Indias por el Oeste. Algo insólito para la época y guiado por los expedicionarios portugueses, que eran unos grandes conocedores de la costa africana. Colón y los suyos fueron en dirección a Canarias y semanas después de toparon con una "gran isla" que dio lugar al descubrimiento de un nuevo continente. "Llegar a América, trajo consigo la recuperación económica de Europa, la explotación colonial, el traslado de alimentos de uno a otro lado del continente como la patata, el maíz. El descubrimiento de América quitó, en cierta medida, el hambre en Europa", explicó García, que es de los que defiende que Colón no era ni genovés, ni catalán, ni mallorquín. "Colón era gallego, ese apellido tal cual solo existe en Galicia", señaló entre otras razones.

Y entre paneles y más paneles, el director del Museo Marítimo fue desgranando todos los pormenores que rodean este enigmático viaje a finales de la Edad Media. Un barco confeccionado tabla a tabla por los carpinteros de ribera del Museo Marítimo sumado a las figuras confeccionadas por Rosa Somoano y la labor documental de Pilar Carrasco hacen de esta muestra un espacio idóneo para las visitas escolares. Así, los pequeños podrán viajar en el tiempo e imaginar cómo se las apañaron Colón, Rodrigo de Triana, Américo Vespucio y los hermanos Pinzones, entre otros cien tripulantes, para descubrir un continente cuando, en realidad, no conocían que ese simple viaje comercial se convertiría en uno de los hitos de la historia, que marcaría el comienzo de la Edad Moderna.

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